Un 3x1 en el Gobierno
La condonación de deuda autonómica obliga al PP a retratarse: ¿qué postura adoptarán sus barones?
En una balanza La condonación de 83.252 millones de euros en deuda autonómica provoca tensiones en el PP, donde los barones deben elegir entre rechazar la medida o aceptarla, arriesgando la unidad del partido.
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El Gobierno de Pedro Sánchez ha lanzado una de las iniciativas económicas más trascendentales en los últimos años: la condonación de 83.252 millones de euros en deuda autonómica, lo que supondrá una bajada significativa de la presión financiera sobre las comunidades autónomas.
Esta medida beneficiará principalmente a Andalucía (18.791 millones), Cataluña (17.104 millones), Comunidad Valenciana (11.210 millones) y Madrid (8.644 millones), pero su impacto se extiende a todas las comunidades que conforman el sistema de financiación autonómica. En promedio, las regiones reducen un 19% de la deuda que acumulan con el Estado, lo que equivale al presupuesto combinado de los gobiernos de Cataluña y Madrid.
Esta condonación no solo tiene repercusiones económicas, sino que también abre un nuevo capítulo en el enfrentamiento político entre el Ejecutivo y la oposición, especialmente en las filas del Partido Popular (PP).
Un triple objetivo para el Gobierno
La medida se presenta como un movimiento estratégico de tres frentes para el Gobierno de Sánchez. En primer lugar, rebaja tensiones con sus socios independentistas: la condonación beneficia enormemente a comunidades como Cataluña, cuya deuda se reduce en más de 17.000 millones, algo que podría interpretarse como un gesto hacia ERC y Junts, dos formaciones clave para la estabilidad de la legislatura. Esto es particularmente relevante después de que Junts decidiera retirar la cuestión de confianza a Sánchez este lunes, lo que deja entrever la voluntad de distender la relación con el independentismo.
En segundo lugar, el Ejecutivo logra un refuerzo político para María Jesús Montero, la ministra de Hacienda y candidata socialista en Andalucía, la comunidad que más deuda acumula. Con esta medida, Montero se coloca como una de las figuras clave en la gestión financiera de las comunidades autónomas, algo que podría fortalecer su liderazgo en su próximo reto electoral.
Sin embargo, el tercer objetivo, y tal vez el más arriesgado, es la presión política sobre el PP. La condonación plantea un escenario que obliga a los barones del PP a posicionarse públicamente sobre la medida. De hecho, el PP se encuentra dividido entre su postura oficial de rechazo y las presiones internas que podrían hacer variar su postura.
El PP ante un dilema: unidad oficial vs. fisuras internas
La dirección del PP, liderada por Alberto Núñez Feijóo, ha adoptado una postura oficial de rechazo a la condonación. El partido considera que esta medida favorece desigualmente a ciertas comunidades y crea un sistema de privilegios que profundiza las disparidades entre territorios. Según Feijóo, el tratamiento desigual entre las regiones que han recibido más ayuda y aquellas que se quedan al margen alimenta un desequilibrio en el sistema de financiación autonómica.
Este rechazo se ha hecho oficial en las declaraciones de todos los presidentes autonómicos del PP, incluidos los de Andalucía, Madrid, Castilla y León y Extremadura, quienes han respaldado la postura de Génova, comprometiéndose a votar 'no' en el Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF) del próximo miércoles.
Sin embargo, este rechazo oficial no refleja la total unidad interna del partido. En privado, al menos cuatro barones del PP —algunos de ellos al frente de comunidades con elevados niveles de deuda— ven con buenos ojos la posibilidad de aceptar la condonación parcial.
Comunidades como Extremadura o la Comunidad Valenciana, que se beneficiarían significativamente de la medida, tienen dificultades para rechazar una inyección de recursos tan sustancial. Las fisuras internas son cada vez más evidentes y podrían terminar por fracturar la unidad del PP, especialmente cuando se pone sobre la mesa la cantidad total que se podría perder si el partido mantiene su rechazo. En total, el 'no' del PP significaría renunciar a 56.000 millones de euros en ayudas a sus comunidades gobernadas.
Ayuso, un giro hacia la flexibilidad
Mientras tanto, Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, ha marcado una diferencia clave en la estrategia del PP al proponer una vía intermedia. En lugar de rechazar la condonación en su totalidad, Ayuso ha sugerido que solo se acepte la medida en el caso de la Comunidad Valenciana, y únicamente en relación con los efectos económicos derivados de la DANA.
Este enfoque plantea una flexibilidad política que podría ser clave para calmar a las bases del partido y suavizar las tensiones internas sin abandonar por completo la postura crítica ante el Gobierno.
El PP se enfrenta a una encrucijada
Lo que está en juego ahora es cómo el PP gestionará las presiones internas y la estrategia a largo plazo. En este momento, su posición oficial es rechazar la condonación, abogando por una reforma integral del sistema de financiación autonómica. Sin embargo, al no estar incluida en el orden del día del CPFF, esta reivindicación podría parecer una excusa para no abordar el verdadero dilema.
Cuando la medida se transforme en ley orgánica, el PP tendrá que decidir si mantiene su rechazo frontal, que podría acarrear un alto coste electoral y político, o si opta por una aceptación parcial que permita a sus barones salvar los intereses de sus regiones sin desmarcarse por completo de la línea oficial.