Malasia tiene nuevo rey, y este no pasa desapercibido. Ibrahim Iskander, un millonario de 65 años, se ha alzado con el trono en un sistema rotatorio de nueve familias reales. Lo poco que se ha ido conociendo de él ya sorprende. Por ejemplo, su pasión por los Picapiedra no es un secreto, como lo demuestra su palacio-cueva-museo inspirada en la serie animada.
Con una fortuna personal de 750 millones de euros y un patrimonio familiar que asciende a 5.700 millones, Iskander no escatima en lujos. Su colección de vehículos de alta gama, incluyendo Ferraris deportivos y coches clásicos, es solo una muestra de su extravagancia.
Pero la excentricidad del nuevo monarca no se detiene en su interés por los automóviles. Iskander también posee una colección de motocicletas, así como una fascinación por los regalos únicos, como un obsequio de Hitler a su abuelo. Además, se le ha visto navegando en yates de lujo junto a sus hijos.
A pesar de su opulenta vida, Iskander afirma estar del lado del pueblo, compartiendo recetas de cocina en Instagram y prometiendo acabar con la corrupción durante su reinado de cinco años. Sin embargo, tendrá que enfrentarse a desafíos políticos, como las tensiones con el partido islámico, que defiende políticas conservadoras.