La gestión de la DANA en la Comunidad Valenciana ha desatado una fuerte polémica, colocando en el ojo del huracán a Salomé Pradas, consellera de Justicia e Interior de la Generalitat Valenciana y máxima responsable del área de Emergencias. Cada nueva información que emerge parece complicar más la situación para Pradas, cuyo manejo de la crisis ha sido duramente cuestionado.

La controversia surgió el jueves, cuando Pradas, en una entrevista en la televisión pública valenciana, admitió que no fue consciente de la existencia del sistema de alertas móviles hasta las 20:00 horas del martes, el día en que las inundaciones comenzaron a causar estragos en la región. No obstante, una grabación de audio obtenida por la 'Cadena SER' contradice su versión, revelando que ya estaba informada de este sistema desde antes.

Además, el jueves por la noche, un video divulgado por 'RTVE' complicó aún más su situación. Aunque Pradas había afirmado que la delegada del Gobierno no le ofreció el apoyo de la Unidad Militar de Emergencias (UME) en la mañana del martes, las imágenes muestran a la consellera comunicando precisamente esta información a su equipo, lo cual expuso una inconsistencia en sus declaraciones y generó indignación pública.

La DANA ya ha cobrado la vida de más de 200 personas en la Comunidad Valenciana, y mientras la tragedia se agrava, Pradas se aferra a su cargo.

Esta situación resulta irónica dada la posición que la propia Pradas había tomado tres años atrás, cuando, como portavoz del Partido Popular de Castellón, arremetió contra la consellera de Agricultura de aquel entonces, exigiendo su dimisión tras la muerte de diez burros bajo el programa de prevención de incendios de la Generalitat. En ese momento, Pradas consideró inaceptable que la entonces consellera alegara desconocimiento y llegó a reclamar públicamente, incluso en redes sociales, que renunciara por su "irresponsabilidad" en el "macabro suceso".

La controversia sobre los burros se originó por un programa piloto que empleaba a estos animales para limpiar el parque natural Desert de les Palmes, en Castellón. El fallecimiento de diez de los burros motivó la dimisión de Benjamín Pérez, el entonces director general del Medio Natural, y la apertura de una investigación que acabó con un proceso judicial por maltrato animal.