Una 'guerra civil' política
Cuatro factores clave que explican el conflicto entre el presidente y la vicepresidenta de Filipinas
La ruptura entre Ferdinand Marcos Jr. y Sara Duterte mezcla acusaciones de corrupción, tensiones familiares, disputas geopolíticas y controversias sobre reformas constitucionales, poniendo en jaque la estabilidad del país.
En Filipinas, el clima político se ha vuelto insostenible entre el presidente Ferdinand Marcos Jr. y la vicepresidenta Sara Duterte, dos figuras clave que habían formado una poderosa alianza en las elecciones de 2022. Sin embargo, la relación entre ambos ha tomado un giro dramático, transformándose en una 'guerra civil' política que amenaza con desestabilizar al gobierno y la nación.
Desde hace varios meses, la vicepresidenta ha acusado a Marcos de querer eliminarla, lo que la ha llevado a lanzar amenazas explícitas, asegurando que si ella es asesinada, "matará desde la tumba". Esta advertencia parece estar relacionada con los esfuerzos de las autoridades filipinas para investigar a Duterte por presunta corrupción durante su tiempo como ministra de Educación. A pesar de las presiones para que se presente ante el Congreso, Duterte se ha negado a dar explicaciones, lo que ha intensificado las tensiones. Además, una de sus asistentes ha sido encarcelada en relación con las investigaciones, lo que Duterte califica como un intento de persecución política.
El conflicto no solo es interno, sino que también está relacionado con el legado de su padre, el expresidente Rodrigo Duterte, quien fue conocido por su polémica lucha contra las drogas. Durante su mandato, miles de filipinos fueron asesinados en operativos antidrogas, y ahora se están investigando posibles ejecuciones extrajudiciales. La vicepresidenta Duterte, al ser hija del expresidente, se ve atrapada en este escándalo, mientras que el presidente Marcos ha aceptado que hubo excesos durante la administración de su predecesor. Esto ha generado una gran indignación en la vicepresidenta, quien teme que las investigaciones puedan afectar a su familia.
A nivel de política exterior, la división entre los dos líderes se hace aún más evidente. Mientras el presidente Marcos busca restablecer una alianza cercana con Estados Unidos, la vicepresidenta Duterte sigue la línea de su padre, que durante su presidencia fortaleció los lazos con China. Este desacuerdo sobre la orientación geopolítica del país ha exacerbado la fractura interna, con Duterte defendiendo la postura pro-China de su padre y Marcos impulsando una política más alineada con Occidente.
Pero las diferencias no se detienen ahí. Marcos ha propuesto cambiar la constitución para eliminar restricciones económicas y promover la inversión extranjera, lo que podría beneficiar a las élites del país. Sin embargo, algunos críticos temen que la verdadera intención sea eliminar los límites de mandato presidencial, lo que permitiría a Marcos presentarse nuevamente en futuras elecciones y debilitar aún más la posición de Duterte, que es la principal rival dentro del gobierno.