A Joe Biden le ha enfadado muchísimo que un informe de fiscal le llame "anciano con mala memoria". Habla de "memoria significativamente limitada" y asegura que el Presidente de EEUU "no recordaba siquiera cuándo murió su hijo".
Biden se ha querido defender, ha reaccionado con cabreo y la mala memoria ha vuelto a aparecer con un nuevo lapsus.
Nos puede pasar a cualquiera, pero él lleva unas cuantas. Se cuestiona si está capacitado para presentarse a la reelección y si luego lo estaría para presidir.
Cada año, los presidentes de Estados Unidos se realizan un reconocimiento médico y los resultados se publican. Hace un año, el médico personal de Biden aseguró que estaba "saludable y vigoroso" y dijo que era "apto para ejecutar con éxito los deberes de la Presidencia".
No es obligatorio hacérselo, ni publicar los resultados, pero desde el año 1981, cuando Ronald Reagan llegó al poder, con 70 años, se ha convertido en tradición. Reagan había superado un cáncer y su salud estaba en entredicho. Por eso, cada año, hacía público su examen de salud.
Era una manera de decirle a sus ciudadanos que estuvieran tranquilos. Esa tradición ha quedado en la política de Estados Unidos, todos los presidentes se hacen el reconocimiento y publican una nota confirmando que están sanos.
En España, eran famosos los reconocimientos médicos de Juan Carlos I en sus años como Monarca. Siempre han sido privados, pero, en ocasiones, se informaba a la población. Por ejemplo, en 2013, se informó de que los resultados eran satisfactorios, aunque se avisó de una hernia discal que sería estudiada para determinar como tratarla.
Ahora, Felipe VI se somete cada año a un reconocimiento médico del Ejército del Aire para poder renovar su licencia para pilotar helicópteros. Al ser privado, Zarzuela no informa de los resultados y solo informarían en caso de que se detectase una enfermedad que requiriese una intervención médica.
En Colombia han se ha intentado hacer una ley al respecto. Las constantes ausencias de Petro en actos públicos hicieron saltar los rumores sobre que sufría algún problema de salud. La oposición intentó sacar adelante una ley para que el Presidente se tuviese que someter por ley a pruebas médicas y se publicasen sus datos. Sin embargo, la propuesta no salió adelante por un voto.
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