Hace nueve años, un equipo de científicos emprendió una expedición hacia el imponente Glaciar Guliya, ubicado a 6.000 metros de altura en la meseta tibetana del Himalaya. Su misión: recolectar núcleos de hielo, cada uno de un metro de largo, con la esperanza de desenterrar secretos atrapados en su interior durante miles, e incluso millones, de años. Tras casi una década de análisis minucioso, los resultados son sorprendentes: han descubierto 1.705 especies de virus, la mayoría desconocidos hasta ahora por la ciencia.

Estos virus, inactivos mientras estaban atrapados en el hielo, podrían ser considerados como 'virus zombis'. Aunque han estado dormidos en algunos casos durante millones de años, podrían, en teoría, ser reanimados y volverse infecciosos nuevamente. Sin embargo, los investigadores han tranquilizado a la población: los virus encontrados no representan una amenaza para la salud humana, ya que solo pueden infectar organismos unicelulares, dejando a plantas, animales y humanos fuera de peligro.

A pesar de este hallazgo tranquilizador, la investigación continúa con un sentido de urgencia. Nadie sabe qué más secretos podría albergar el Glaciar Guliya, y el cambio climático está acelerando el deshielo de este gigante helado. Los científicos trabajan contrarreloj para extraer la mayor cantidad de muestras posible antes de que el glaciar se derrita por completo. Cada muestra extraída podría ser crucial para entender cómo estos virus han sobrevivido a tres grandes cambios climáticos y qué nos pueden enseñar sobre la evolución del clima en nuestro planeta.

El proceso para recolectar estas muestras es extremadamente complejo. Los científicos deben ascender a 6.000 metros de altura, y una vez en el glaciar, utilizar una maquinaria especial capaz de perforar hasta 300 metros de hielo. De esas profundidades se extraen cilindros de hielo de apenas 10 centímetros de ancho, que luego se transportan en camiones congeladores a temperaturas de menos 31 grados Celsius, asegurando que el valioso contenido llegue intacto al Instituto de Investigación en Ohio, Estados Unidos.

Cada uno de esos bloques de hielo contiene un verdadero tesoro científico. Los 1.705 virus descubiertos han multiplicado por 50 la cantidad de información viral previamente obtenida en otros glaciares. El análisis de estos virus ha permitido a los científicos llegar a una primera conclusión importante: en las épocas de mayor frío, los virus tienden a tener formas muy similares, mientras que en épocas más cálidas, los virus muestran una mayor diversidad de formas.

El siguiente paso es confirmar si existe una relación directa entre los virus y el clima.