Nicaragua vive un auténtico caos tras la victoria de Sheynnis Palacios como Miss Universo. La dictadura de Daniel Ortega acusa a la ganadora del certamen de conspirar contra el régimen.
Todo comenzó con la corona de Miss Universo en juego. Sheynnis Palacios, la primera nicaragüense en ganar el certamen, se convirtió en un símbolo de resistencia. Sin embargo, la alegría en las calles de Nicaragua se vio empañada por la represión gubernamental.
En un drama televisivo, el régimen de Ortega afirmó que la directora del certamen, Karen Celebertti, y Palacios estaban involucradas en una "conspiración antipatria". Ambas habían participado en protestas antigubernamentales en 2018, provocando la furia del gobierno autoritario.
La nuera del presidente Ortega, Xiomara Blandino, ex Miss Nicaragua, había criticado previamente a la organización de Celebertti. Tras la victoria de Palacios, la maquinaria represiva se puso en marcha: detenciones, expulsiones y acusaciones de golpe de Estado.
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La persecución se extiende a la familia de Celebertti, con su esposo e hijo detenidos por "conspiración, traición a la patria, terrorismo y crimen organizado". La directora, ahora en el exilio, renunció, dejando el cargo para el que suena la nuera de Ortega. La historia de la dictadura contra opositores se intensifica, incluyendo a políticos, obispos, artistas y periodistas.
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