Sánchez en la cuerda floja
Las dos vías de Sánchez para aumentar el gasto en defensa sin pasar por el Congreso
Los detalles Con un Congreso dividido y sin garantías de apoyo, Sánchez explora opciones como la ampliación de crédito y la redefinición del gasto para aumentar la inversión en defensa sin necesidad de votación parlamentaria.
Pedro Sánchez se enfrenta a un dilema político con el aumento del gasto en defensa. Este jueves inicia reuniones con los grupos parlamentarios para tantear su postura, pero la situación no le favorece. Si hoy se votara en el Congreso, solo tres partidos tendrían un 'sí' asegurado: PSOE, Vox y PNV. En contra, ya han confirmado su rechazo Bildu, Podemos y BNG. ¿El resto? En un limbo de indefinición, incluidos partidos clave como Esquerra, Junts o el PP.
La última vez que un incremento en defensa pasó por el Congreso fue en noviembre de 2022, dentro de los Presupuestos de 2023. Entonces, PSOE, Vox y PNV votaron a favor, al igual que Esquerra y Podemos, aunque ahora su apoyo no está garantizado. En el bloque del 'no' estuvieron PP, Junts, Bildu, BNG e Izquierda Unida. Pero hoy el panorama es más incierto: la mayoría de apoyos está en el aire, lo que deja a Sánchez en una posición delicada si decide llevar la medida al Congreso.
Aumentar el Presupuesto sin el Congreso: la opción que ya funciona
Sin embargo, hay una vía que el Gobierno ya ha utilizado para esquivar un debate parlamentario arriesgado: aumentar el gasto en defensa sin necesidad de someterlo a votación. Desde los Presupuestos de 2023, el gasto militar ha crecido en 5.000 millones de euros mediante mecanismos ajenos al Congreso.
Las dos herramientas principales han sido la ampliación de crédito a través del Ministerio de Hacienda y la aprobación de programas especiales de defensa que permiten modificar los límites de gasto. Son fórmulas que evitan conflictos parlamentarios y posibles derrotas en votaciones clave.
El truco de la 'redefinición' del gasto: inflar la cifra sin aumentar el Presupuesto
Sánchez también tiene otro as bajo la manga: redefinir lo que se considera gasto en defensa. Esta estrategia consiste en incluir partidas que tradicionalmente no se contaban dentro del presupuesto militar, pero que pueden sumarse para engordar la cifra sin que realmente haya un aumento efectivo del gasto.
Por ejemplo, podrían añadirse las inversiones en ciberseguridad, las pensiones militares retirados o incluso los millones destinados a la ayuda a Ucrania. Solo con esta maniobra, España podría sumar 6.000 millones adicionales al gasto en defensa sin necesidad de nuevas partidas presupuestarias.
¿Lo permitirá la OTAN?
España no sería el primer país en recurrir a estos métodos para modificar sus cifras de gasto militar. Otros aliados de la OTAN han aplicado estrategias similares en el pasado. Durante años, los gobiernos europeos han buscado fórmulas para aparentar un menor gasto en defensa, y ahora estos mismos trucos podrían servir a Sánchez para elevar la inversión sin generar un choque frontal en el Congreso.
Con un Parlamento dividido y sin apoyos garantizados, el presidente tiene en su mano decidir si se arriesga a una votación incierta o si, como hasta ahora, encuentra maneras de aumentar el gasto sin necesidad de pasar por el escrutinio de los diputados.