El líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, ha adoptado un papel más duro y combativo en la batalla contra la amnistía propuesta por el presidente Pedro Sánchez. Aunque comparten objeciones fundamentales, Feijóo y Santiago Abascal difieren en las estrategias para atraer a los indignados. Feijóo se ha reivindicado como líder de la oposición, evitando fotos en concentraciones conjuntas y marcando una agenda propia desde finales de septiembre.

La competencia por liderar la oposición social a la amnistía ha llevado a PP y Vox a convocar protestas tanto conjuntas como por separado. Vox logró reunir a decenas de miles de personas en la Plaza de Colón, superando la convocatoria anterior de Feijóo en la Plaza de Felipe II. Este domingo, el PP convoca manifestaciones en todas las capitales de provincia, buscando no ceder el protagonismo a Vox y mantener una movilización permanente.

A pesar de los intentos de Abascal por coordinar esfuerzos, Feijóo ha rechazado una reunión conjunta. La secretaria general del PP, Cuca Gamarra, enfatizó la autonomía del partido. Vox, por su parte, desdeña las acciones del PP y proclama a Abascal como el "verdadero jefe de la oposición", marcando tensiones en la coalición.

Feijóo ha tomado medidas para liderar la protesta en la calle, pero Vox sigue siendo fuerte en este terreno. La estrategia del PP para disputar el espacio de Vox implica convivir con perfiles diversos, desde moderados hasta figuras más agresivas, como las recientes incorporaciones a las portavocías de Cayetana Álvarez de Toledo y Rafael Hernando, buscando llenar todos los huecos en la derecha y reducir el espacio de Vox en la política nacional. La radicalización del discurso y las movilizaciones reflejan la intensificación de la batalla por los votantes y el desafío interno para liderar la oposición al gobierno de Sánchez.