En el Reino Unido, la controversia está a la orden del día tras la revelación de que los trajes de la esposa del primer ministro, Keir Starmer, fueron financiados por un adinerado donante del partido Laborista. Según el 'The Sunday Times', el empresario, conocido por sus generosas contribuciones al partido, también regaló al primer ministro casi 19.000 libras en ropa de trabajo y gafas. A pesar de que las normas del Parlamento británico exigen la declaración de estos regalos, Starmer solo los incluyó en su propia declaración, omitiendo los de su esposa.
Este escándalo ha puesto de relieve cómo se manejan los gastos relacionados con la imagen política en distintos países. En los Estados Unidos, los políticos enfrentan un panorama diferente: el presidente tiene un salario de aproximadamente 400.000 dólares anuales, al que se suma una partida específica de 50.000 dólares para gastos de imagen, según la 'BBC'. Las primeras damas, por lo general, deben costearse sus propios trajes, aunque en ocasiones reciben ropa de diseñadores como parte de promociones especiales. Jill Biden, por ejemplo, recibió un traje para la toma de posesión que luego donó a un museo. Melania Trump, por su parte, gestionó un presupuesto considerablemente mayor para su vestimenta.
En Francia, la esposa del primer ministro también se beneficia de la moda, con trajes prestados por casas de alta costura parisinas que se registran públicamente. Mientras tanto, en Alemania, el gobierno de Olaf Scholz gastó 1,5 millones de euros en imagen en su primer año, lo que provocó el descontento de los ciudadanos y la explotación política de la oposición en México. Allí, el partido Movimiento Ciudadano denunció el uso de fondos públicos para la ropa del presidente y su familia.
En España, aunque los sueldos de los miembros del Gobierno son conocidos, el gasto en ropa no se detalla públicamente. La vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, ha sido objeto de críticas por su cambio de estilo, pasando de ropa económica a marcas de lujo, financiada por ella misma, según ha revelado.
Contradicción y la falta de pruebas
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