Las elecciones al Parlamento Europeo han dejado un escenario político marcado por la consolidación del Partido Popular Europeo (PPE) como la principal fuerza, la resistencia de los socialdemócratas y el retroceso de liberales y verdes.

Sin embargo, el ascenso de la extrema derecha ha sido notable, alcanzando la primera posición en Francia, Italia, Austria, Hungría y Bélgica. Este nuevo equilibrio de poder plantea preguntas sobre la dirección futura de Europa en términos de apoyo a Rusia, relaciones con Israel, derechos sociales y políticas migratorias y climáticas.

Un parlamento más prorruso

El aumento de la extrema derecha, con partidos como el de Marine Le Pen en Francia, ha llevado a un hemiciclo más favorable a Rusia. Le Pen, conocida por su apoyo a las políticas de Moscú y su crítica a las sanciones contra Rusia, ha triunfado en Francia.

El partido Alternativa para Alemania ha logrado un segundo puesto en Italia, mientras que Viktor Orbán ha reafirmado su dominio en Hungría, manteniendo una relación estrecha con el presidente ruso, Vladímir Putin.

Este cambio en la composición del Parlamento Europeo sugiere una posible relajación de las políticas de sanciones contra Rusia y una mayor simpatía hacia sus posiciones.

Apoyos a Israel en cuestión

En cuanto a Israel, el panorama no varía significativamente. Los principales apoyos de Netanyahu provienen de los Conservadores y Reformistas, grupo al que pertenecen partidos como los de Meloni y Vox.

Esta coalición incluye ocho de los diez partidos más proisraelíes del Parlamento, manteniéndose como aliados firmes del Likud de Netanyahu.

Derechos sociales y políticas feministas y LGTBI en riesgo

El fortalecimiento del Partido Popular Europeo, que ha adoptado un enfoque más conservador durante la campaña, y el retroceso de liberales y verdes, no auguran un futuro prometedor para los derechos sociales, las políticas feministas y LGTBI.

El programa del PPE enfatiza la defensa de las familias y los "valores cristianos", mientras que el incremento de partidos homófobos en el Parlamento dificulta aún más la situación para estos colectivos.

Políticas migratorias más estrictas

Las políticas migratorias podrían endurecerse significativamente con el nuevo Parlamento. El Partido Popular Europeo ha abogado por una Europa más segura y blindada, siguiendo el ejemplo de países como Italia y Hungría, que ya aplican medidas estrictas en sus fronteras. Esta postura podría traducirse en una normativa más restrictiva y menos acogedora para los inmigrantes.

Desafíos en la emergencia climática

El medio ambiente enfrenta un futuro incierto con el nuevo Parlamento. La caída de los Verdes y las críticas al "dogmatismo climático" de socialdemócratas y ecologistas por parte de los nuevos líderes sugieren un posible retroceso en las políticas climáticas. Aunque se mantiene una defensa del mundo rural, el descenso en el apoyo a los Verdes no favorece la causa ambiental.

Un Parlamento todavía europeísta

A pesar del crecimiento de los euroescépticos, el Parlamento Europeo sigue siendo, en esencia, europeísta. Aunque los partidos contrarios a la Unión Europea han ganado terreno, la mayoría de las fuerzas políticas continúan apoyando el proyecto europeo, garantizando una continuidad en la integración y cooperación entre los países miembros.