¿No quieren o no pueden?

El PP evita el golpe de efecto: Mazón sigue, pero su salida es cuestión de tiempo

Mientras tanto... Mazón mantiene su puesto, la Generalitat elude responsabilidades, y el PP se distancia lentamente, preparando el relevo sin provocar una fractura interna que ponga en riesgo su dominio regional.

El PP evita el golpe de efecto: Mazón sigue, pero su salida es cuestión de tiempo

Carlos Mazón sigue defendiendo que la Generalitat Valenciana actuó con la "mayor y mejor diligencia" ante la DANA. Pero el auto de la jueza que investiga la tragedia lo desmiente. Según la magistrada, la DANA no fue un fenómeno meteorológico imprevisto, su evolución estaba perfectamente anunciada y había información suficiente para haber tomado medidas de emergencia en tiempo y forma.

El fallo de la Generalitat no se debió a la falta de datos, sino a la falta de respuesta. "Durante todo el día estuvieron avisando AEMET, Emergencias, los medios de comunicación y la Confederación Hidrográfica", detalla la jueza. Pero el gobierno autonómico no activó la alerta adecuada ni adoptó decisiones que pudieran haber salvado vidas.

El auto es demoledor y apunta directamente a la responsabilidad de la administración autonómica. Las competencias en emergencias eran exclusivas de la Generalitat, por lo que le correspondía alertar a la población, acordar medidas de protección civil y minimizar las consecuencias del temporal. No lo hizo. Y la jueza no deja margen a interpretaciones: o no entendieron la magnitud de lo que estaba ocurriendo, o lo ignoraron, o quienes debían tomar decisiones no lo hicieron.

Tarde y mal: la alerta llegó con las víctimas ya muertas

Uno de los puntos más graves que señala el auto es el retraso de la activación del sistema ES-Alert, el mensaje de emergencia que se envió a los móviles. Cuando finalmente llegó la alerta, la mayoría de las víctimas ya habían fallecido. Pero además, el mensaje era insuficiente: solo recomendaba no desplazarse, sin dar indicaciones clave como la necesidad de refugiarse en pisos altos para evitar ser arrastrado por las riadas.

La jueza desmonta también otro de los argumentos de la Generalitat: ES-Alert no era el único sistema disponible. Se podían haber utilizado otros medios, como la televisión, la radio o las ediciones digitales de los principales medios, que habrían tenido un mayor impacto en la población. No se hizo.

El resultado de esta falta de respuesta: 225 muertos, tres desaparecidos y dos altos cargos imputados. Y a pesar de todo, Mazón sigue afirmando que lo hicieron bien.

Mientras tanto, la estrategia política del PP ha sido negar cualquier fallo e insistir en que la responsabilidad estaba repartida con el Gobierno central. Pero el auto judicial deja claro que las competencias eran exclusivamente autonómicas. Ya no hay margen para excusas.

Mazón, un problema para el PP

El escándalo ha abierto una grieta en el Partido Popular. La dirección nacional sabe que la crisis de la DANA no solo golpea la credibilidad de Mazón, sino que amenaza un territorio clave para el partido. El futuro del PP en la Comunidad Valenciana ya no pasa por él, pero el dilema es cuándo y cómo forzar su salida.

Génova ha optado por una estrategia calculada. De momento, Mazón sigue en el cargo con el argumento de que debe centrarse en la reconstrucción de Valencia. Pero en la práctica, el PP ha empezado a marcar distancias.

Uno de los primeros movimientos ha sido la intención de trasladar el Congreso del Partido Popular Europeo, previsto para abril en Valencia, a Madrid. La razón oficial es que coincide con un pleno en el Congreso, pero la verdadera razón es otra: Feijóo quiere evitar que Mazón y la gestión de la DANA se conviertan en un foco de atención internacional.

La siguiente fecha clave en el calendario es julio, cuando está previsto el Congreso del PP valenciano. Génova teme que Mazón se atrinchere en el liderazgo regional y ha comenzado a maniobrar para evitar una guerra interna. Su estrategia pasa por retrasar el congreso para que, con el paso del tiempo, Mazón vaya perdiendo apoyos dentro del partido y su salida sea inevitable.

El problema es que Mazón no tiene intención de dimitir. Lo ha dejado claro en público y en privado. Y el PP tampoco quiere forzar su destitución con una gestora, porque temen que una fractura interna les haga perder el control de un feudo crucial.

Por eso, en Génova han optado por una estrategia de desgaste: no respaldarle abiertamente, dejar que su figura se debilite y prepara el relevo a medio plazo. En política, el tiempo puede ser un arma letal.

El reloj corre: la Comunidad Valenciana es clave para 2027

Toda la estrategia del PP pasa por un calendario innegociable: las elecciones autonómicas y generales de 2027. Mazón ya no es la apuesta de Génova, pero su salida debe producirse en el momento adecuado para que el PP pueda colocar a un candidato fuerte que garantice la continuidad en el gobierno valenciano.

El problema es que ahora mismo no tienen un relevo claro. Hay dos nombres sobre la mesa, pero para ninguno de ellos es el momento. Así que, mientras se resuelve la crisis, el PP ha optado por dejar que el tiempo corra. Pero si ese tiempo es solo una cuenta atrás, no servirá de nada.

Porque una cosa está clara: el futuro del PP en la Comunidad Valenciana ya no pasa por Mazón. La única duda es cuánto tardarán en dar el paso definitivo para apartarlo.