Treinta años de gritos y lucha

El 8M, la evolución de un movimiento feminista marcado por nuevos lemas y reivindicaciones

¿Por qué es importante? A lo largo de las décadas, los lemas del movimiento feminista han ido cambiando para adaptarse a las nuevas demandas y luchas, desde la igualdad salarial hasta la protección de los derechos reproductivos y la lucha contra la violencia de género.

El 8M, la evolución de un movimiento feminista marcado por nuevos lemas y reivindicaciones

Este 8 de marzo, miles de mujeres volverán a salir a las calles en toda España bajo el lema 'Nuestra voz. Más alta. Más clara. Más fuerte', en un intento por recuperar la unidad de un movimiento que, a pesar de los avances logrados en las últimas décadas, sigue enfrentando obstáculos.

La lucha feminista en España tiene una historia de resistencia que se remonta a la Transición. En 1976, unas 4.000 mujeres desafiaron la prohibición del régimen franquista para exigir igualdad laboral, política y social. Dos años más tarde, en 1978, se celebró el primer 8M autorizado, aunque también fue reprimido por la policía. En aquella manifestación, 6.000 mujeres marcharon reclamando igualdad salarial y acceso a todas las categorías profesionales. Hoy, esas reivindicaciones siguen vigentes.

En los años 80, los lemas feministas se centraron en derechos sociales fundamentales, como la independencia económica de las mujeres, el acceso al divorcio y la despenalización del aborto. Esas conquistas legales no llegaron sin lucha, y aunque España avanzó en derechos, la llegada del nuevo siglo trajo consigo nuevos desafíos.

Hitos del feminismo en España

La lucha contra la violencia machista ha sido una de las banderas principales del feminismo en España en las últimas décadas. El grito de 'no es no' se convirtió en una consigna clave a partir de los 2000, cuando el movimiento feminista empezó a centrar su discurso en la necesidad de frenar la violencia de género y exigir mayor protección para las víctimas.

Con la crisis económica y el 15M, la agenda feminista incorporó reivindicaciones económicas hasta que, en 2013, el anteproyecto de ley de Alberto Ruiz-Gallardón sobre el aborto hizo saltar las alarmas. La posibilidad de un retroceso en el derecho al aborto movilizó a miles de mujeres, logrando finalmente que el gobierno de Mariano Rajoy retirara la reforma.

Pero si hay un año que marcó un antes y despuésen la historia del 8M en España, ese fue 2018. Por primera vez, el país vivió una huelga feminista masiva en la que cinco millones de personas secundaron los paros, colocando a España en la vanguardia del movimiento feminista mundial.

Un año después, en 2019, la indignación por la sentencia de 'La Manada' llegó el grito feminista hasta el último rincón del país, exigiendo cambios en la legislación sobre violencia sexual.

Un 8M marcado por la división y el auge de la ultraderecha

Sin embargo, en los últimos años el feminismo en España ha sufrido divisiones internas, especialmente a raíz de la ley del 'solo sí es sí'. La reducción de penas a agresores sexuales como consecuencia de su aplicación ha generado tensiones dentro del movimiento y ha sido aprovechada políticamente por sectores conservadores y de ultraderecha, que buscan debilitar la lucha feminista y revertir avances históricos.

Este 8M, el movimiento feminista enfrenta un reto clave: recuperar la unidad en un contexto de creciente polarización. Ante el ascenso de fuerzas políticas que buscan eliminar leyes de protección contra la violencia de género o restringir derechos como el aborto, las feministas vuelven a la calle con la consigna clara: 'Nuestra voz. Más alta. Más clara. Más fuerte'.

A pesar de los desafíos, una cosa es segura: la lucha continúa. Y mientras sigan existiendo desigualdades, violencia y amenazas contra los derechos conquistados, las mujeres seguirán alzando la voz cada 8 de marzo.