Este domingo, Finlandia, Suecia y Dinamarca han desafiado la tendencia europea al registrar una disminución en el apoyo a la extrema derecha y un aumento para los partidos de izquierda en las elecciones. ¿Por qué este cambio de escenario en los países nórdicos?

Los temas que anteriormente impulsaron el ascenso de la ultraderecha han perdido relevancia. La idea de abandonar la Unión Europea, una vez en alza, ha sido desacreditada tras el Brexit, y las preocupaciones sobre la inmigración ya no resuenan tanto entre los ciudadanos.

Además, la ultraderecha ha pasado de ser antisistema a formar parte del sistema político en Suecia y Finlandia, incluso participando en el gobierno. Sin embargo, esta posición les ha expuesto a críticas por decisiones que no cumplen con las promesas electorales, lo que podría haber llevado a un castigo en las urnas.

La tendencia también muestra cómo otros partidos han adoptado temas populares de la ultraderecha en sus agendas, privando a estos partidos del monopolio de ciertas preocupaciones. Esto ha llevado a que parte del electorado ya no vea necesario apoyar a la ultraderecha, ya que sus preocupaciones están siendo abordadas por otros partidos.