La estabilidad de la presidencia de Joe Biden está en una situación crítica tras el reciente debate que dejó muchas preguntas sobre su capacidad para liderar. La atención se centra en dos mujeres fundamentales en la vida del presidente: su esposa Jill Biden y su hermana Valeria Biden, quienes siempre han sido pilares de apoyo y consejeras en su carrera política.
Jill Biden, la primera dama, ha demostrado ser una figura indispensable en la vía del presidente. Tras el debate, fue vista apoyando a su esposo, tomándolo de la mano y ayudándolo a bajar del escenario, un gesto que subraya su constante presencia y apoyo incondicional.
A pesar de sus responsabilidades como primera dama, Jill ha mantenido su carrera como profesora en una universidad de Virginia, enseñando inglés a migrantes y participando activamente en eventos políticos, como se vio recientemente en una celebración del Orgullo en la Casa Blanca.
La otra figura crucial es Valeria Biden, la hermana del presidente, conocida por su franqueza y su papel como asesora de comunicación. Desde el inicio de la campaña de 2020 que llevó a Biden a la presidencia, Valeria ha estado a su lado, guiándolo y proporcionándole un feedback honesto. Se dice que no tiene miedo a señalarle a su hermano cuando se equivoca, lo que podría ser esencial en estos momentos de incertidumbre.

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