En medio de la devastación por los ataques aéreos y las incursiones militares en Gaza, una nueva ola de atracos millonarios está sacudiendo la región. Grupos armados han logrado saquear al menos 112 millones de dólares en efectivo de las cámaras acorazadas del Banco de Palestina en los últimos dos meses, según estimaciones de la ONU.

El 'modus operandi' de estos atracos es alarmantemente audaz: en un caso notable ocurrido en la sucursal del distrito de Rimal, los ladrones utilizaron explosivos para volar las cajas fuertes y llevarse casi 70 millones de dólares en un solo día. A pesar de los esfuerzos del banco por fortificar sus instalaciones, los criminales han demostrado una capacidad inquietante para burlar la seguridad.

Aunque la identidad exacta de los perpetradores no está confirmada, el Banco de Palestina ha sugerido indirectamente la posible implicación de grupos locales que se autodenominan como autoridades en la Franja de Gaza. Sin embargo, no se ha establecido una conexión directa con Hamás, aunque en el pasado el ejército israelí ha confiscado grandes sumas de dinero en efectivo destinadas a evitar su captura por parte de este grupo.

La situación plantea un desafío grave para el Banco de Palestina, que ahora enfrenta la difícil tarea de proteger sus activos en un entorno cada vez más hostil y fragmentado. Los intentos de evacuar el dinero en efectivo con la ayuda de la ONU han resultado infructuosos, dejando al banco con al menos 100 millones de dólares aún en sus cámaras fuertes dispersas por Gaza.

Para los habitantes de Gaza, ya afectados por cortes de electricidad y acceso limitado a internet, la falta de efectivo disponible se ha convertido en otra crisis en medio del conflicto. Los ciudadanos enfrentan largas filas en los cajeros automáticos y tarifas adicionales por retirar dinero, mientras el riesgo de seguridad sigue siendo una preocupación constante.