En las últimas horas, el PSOE ha dado un giro a los acuerdos con partidos nacionalistas, desinflando puntos clave. La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, advierte en el caso de los acuerdos con Junts que las competencias en inmigración se harán según Europa y por Ley Orgánica, dilatando tiempos y rebajando expectativas de los independentistas catalanes que quieren la competencia.
La estrategia del Gobierno de Sánchez repite un patrón conocido: un sí condicional, como ocurrió con los indultos tras la investidura. La reforma de delitos de sedición y malversación también sufrió dilaciones. Ahora, con los nacionalistas vascos, las transferencias del régimen económico de la Seguridad Social quedan en el aire, rebajadas por la ministra de Hacienda ante las expectativas inicialmente pactadas.
El acuerdo con Junts para investir a Sánchez se desinfla aún más: no habrá concierto económico ni cupo, sino solo una "cesión" del 100% de los tributos en Cataluña. Además, la eterna demanda de una reforma en la financiación autonómica, reconocida pero postergada por el Gobierno, se convierte en una nueva promesa vaga. Un juego político de acuerdos que, una vez más, se rebajan en la práctica.