La Xunta de Galicia acusa al Gobierno Central de no gestionar adecuadamente el transporte en el mar, señalando que no lograron sacar los sacos del agua, dejando que los microplásticos llegaran a la costa.

Por otro lado, el Gobierno sostiene que fueron alertados en cuatro ocasiones y activaron el plan de respuesta, dejando claro que la Xunta debe decretar el nivel de alerta para solicitar colaboración.

La disputa alcanza su punto álgido al cuestionar la falta de decretar el nivel 2 de alerta. Mientras la Xunta argumenta que no es necesario, basándose en la opinión de "técnicos y científicos", el Gobierno contraataca, afirmando que es responsabilidad de la Xunta activar el nivel de emergencia y solicitar ayuda. ¿Una táctica para evadir la intervención estatal?

La preocupación se dispara, pero las respuestas difieren. La Conselleira asegura que las pequeñas bolas de plástico no son tóxicas, aunque insisten en retirarlas de los arenales. No obstante, el fiscal de Medio Ambiente ha advertido de "indicios de toxicidad" en los pellets de plástico, ya que "no son biodegradables y no pueden eliminarse".

Mientras tanto, el Gobierno no responde directamente, pero el Plan Ribera del MITECO está en alerta máxima y monitorea exhaustivamente el incidente, dejando entrever que la magnitud del problema va más allá de lo que la Xunta sugiere.