A medida que se aproxima el día de las elecciones estadounidenses, el clima geopolítico en Oriente Medio genera inquietud. La reciente escalada de tensiones entre Irán e Israel podría convertirse en una nueva 'sorpresa de octubre', un término utilizado en Estados Unidos para describir eventos que pueden cambiar el resultado electoral.

En noviembre de 1979, durante la presidencia de Jimmy Carter, un grupo de estudiantes iraníes asaltó la embajada de Estados Unidos en Teherán, capturando a más de 50 personas. Las imágenes de los rehenes con los ojos vendados marcaron un hito en la política estadounidense. La situación se volvió crítica para Carter, quien intentó sin éxito rescatar a los rehenes. A medida que se acercaban las elecciones, la posibilidad de un acuerdo de liberación se volvió crucial para su campaña.

Carter necesitaba una resolución favorable para fortalecer su posición electoral, lo que preocupaba a su contrincante, el republicano Ronald Reagan. Su equipo empezó a hablar sobre la 'sorpresa de octubre', temiendo que Carter anunciara el fin de la crisis de los rehenes días antes de las elecciones.

Finalmente, no hubo 'sorpresa'. Las negociaciones fracasaron y los estadounidenses votaron teniendo en mente a los 52 ciudadanos secuestrados. Carter perdió las elecciones y Reagan ganó. Curiosamente, el día de la toma de posesión de Reagan, los rehenes fueron liberados y regresaron a Estados Unidos, 444 días después de su captura, ya sin Carter en el Gobierno.

Más de 40 años después, Ben Barnes, un político republicano, reveló un secreto importante. Explicó que, antes de las elecciones, viajó a Irán con un mensaje: "No liberen a los rehenes antes de las elecciones. Reagan ganará y les ofrecerá un mejor trato". Según esta revelación, los republicanos habrían prolongado el cautiverio de los rehenes para evitar que Carter diera la 'sorpresa de octubre' que le habría permitido permanecer en el cargo.