En toda esta crisis que estamos viviendo, ningún dirigente de Marruecos ha exigido la soberanía sobre Ceuta y Melilla. Nadie ha llegado tan lejos. Precisamente por esa cuestión, el periodista José María Rivero ha querido repasar en laSexta Clave la historia de la españolidad de las dos ciudades autónomas. Es decir ¿cómo llegan Ceuta y Melilla a formar parte de nuestro país?
Esos fueron los factores fundamentales que llevaron a estos territorios a formar parte de nuestra historia. Pero analicemos a fondo esta cuestión. ¿Cómo llega Ceuta a conseguir su españolidad? Lo lograron porque ellos mismos lo quisieron. Ceuta fue conquistada por los portugueses en torno al año 1400. En un momento dado, Portugal se quedó sin rey y sin nadie que le herede.
Por el azar de las herencias dinásticas, Portugal acabó en manos de España en 1580. Y con todas sus posesiones, incluida Ceuta. Así está durante 60 años en manos de Felipe VII. Tiempo después, los portugueses se rebelaron porque no querían seguir siendo parte de la corona española, y se fueron, pero no todos. Porque los ceutíes se quedaron. Desde ese momento, 1640, hasta el día de hoy Ceuta es parte de España.
¿Cómo llega Melilla a conseguir su españolidad? Los reyes católicos y un duque son protagonistas de esta historia. Fernando II de Aragón e Isabel I de Castilla temían a los piratas y las invasiones (acababan de reconquistar Granada), por lo que tenían que asegurarse puertos para poder repeler ataques. Melilla estaba en su punto de vista, pero no había mucho dinero.
Ahí entró en acción el duque de Medina Sidonia, que decidió encargarse de ello. La historia dice a veces que fue el duque el que se dirigió a los reyes, y no al revés, pero lo cierto es que Sidonia hizo una incursión a la costa del norte de África en 1497. Para controlar las costas que refugiaban a piratas. Así fue cómo Melilla acabó entrando a formar parte de España.
Y hasta ahora ¿Marruecos ha reclamado esos territorios? Para ello, habría que remontarse hasta el momento en que el país se independiza de España y de Francia, porque estaba tutelada en parte por estos dos países hasta 1956. Pero hubo territorios que no se unieron a Marruecos, como Ifni, Cabo Juby (conocidas como la África Occidental Española) o el Sáhara, además de las ya mencionadas Ceuta y Melilla. Ya siendo independiente, hace una guerra con España para conseguir el Cabo Juby.
Acaba quedándose con esta zona, pero en ningún momento empezó un enfrentamiento por Ceuta y Melilla. Algo más de interés por las ciudades autónomas mostró Hasán II, el padre del actual rey de Marruecos, que reclamaba verbalmente Ceuta y Melilla a través de declaraciones, pero nunca hizo nada relativamente serio y preocupante para los intereses españoles con el objetivo de hacerse con Ceuta y Melilla. De hecho, hacía declaraciones bastantes pragmáticas.
Por ejemplo, en 1963 habló con el embajador de España en Marruecos, a quien le dijo que eran "problemas que se dejan fuera de la actualidad y se encomiendan a generaciones futuras". Ya en los años 80, admitió a medios británicos que "el Gobierno español se ve enfrentado a problemas de desestabilización (...) y no podemos complicarle la vida a la joven democracia española". Y ¿qué sucede con Mohamed VI?
Sólamente ha hecho un discurso oficial en el que ha afirmado que Ceuta y Melilla son de Marruecos, y fue después del conflicto por el Perejil, pero poco más. Lo cierto es que ha tomado medidas que, si bien no suponen una reclamación sobre Ceuta y Melilla, sí que están asfixiando a dichas ciudades: ha cerrado aduanas y fronteras, lo que implica que los porteadores ya no puede hacerse; como, aunque sea ilegal, el contrabando, que daba dinero al norte de Marruecos y también a Ceuta y Melilla.
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