Del siglo XIX

La historia se repite: Trump avivando la vieja ambición de anexar Canadá con una guerra económica

Las causas Siguiendo los pasos de McKinley, Trump intensifica la presión económica sobre Canadá con aranceles y amenazas de anexión, reabriendo un conflicto que podría afectar gravemente la economía de ambos países.

La historia se repite: Trump avivando la vieja ambición de anexar Canadá con una guerra económica

La historia parece repetirse. Hace más de un siglo, Estados Unidos intentó forzar la anexión de Canadá con una guerra económica. Ahora, en medio de una nueva disputa comercial, Donald Trump ha avivado esa vieja ambición con un comentario que ha encendido las alarmas en Ottawa: "El mapa quedaría hermoso si EEUU y Canadá fueran un solo país".

Su declaración llega en un contexto de tensión comercial: Washington endurece los aranceles contra la madera y el aluminio canadiense, y Ottawa responde con represalias. Pero esta no es la primera vez que EEUU cree que puede doblegar a su vecino por la vía económica.

1890, cuando EEUU quiso asfixiar a Canadá con aranceles

La estrategia de someter a Canadá mediante aranceles no es nueva. En 1890, el congresista William McKinley, futuro presidente de EEUU, impulsó una ley que imponía un arancel del 50% a los productos canadienses. La lógica era simple: Canadá dependía comercialmente de EEUU, si se le cerraba el mercado, no tendría más opción que pedir su anexión a la Unión.

Pero el plan fracasó estrepitosamente. En lugar de rendirse, los canadienses se volcaron hacia el Reino Unido, fortaleciendo su comercio con Londres y reafirmando su identidad nacional. La maniobra fue vista como un ataque a la prosperidad del país y un intento de conquista por otros medios. En las elecciones de 1891, la respuesta fue clara: ganó el partido que defendía la independencia frente a EEUU.

El golpe económico tampoco fue para Canadá, sino para EEUU. Los precios subieron en territorio estadounidense, afectando a las clases medias y bajas, y las exportaciones a Canadá cayeron drásticamente. Como resultado, los republicanos perdieron las elecciones, y McKinley aprendió la lección: en su presidencia, en lugar de intentar anexionar Canadá, expandió EEUU por otros frentes, como Hawái, Filipinas y la futura construcción del Canal de Panamá.

¿Está EEUU repitiendo el error de McKinley?

Hoy, los paralelismos con aquella época son inquietantes. Trump, al igual que McKinley, apuesta por el proteccionismo y la presión económica para "proteger" a EEUU de sus socios comerciales. Pero la historia muestra que esta estrategia puede tener el efecto contrario.

Canadá ya ha comenzado a diversificar sus mercados y reforzar su identidad nacional frente a las presiones de Washington. En Ottawa, la retórica antiestadounidense gana peso entre los partidos, y el gobierno de Trudeau endurece su postura. Si la historia se repite, EEUU podría no solo perder influencia sobre su vecino, sino también generar un efecto bumerán que afecte su propia economía y su posición en el escenario global.

Trump ha abierto un viejo debate que parecía enterrado. Pero si la historia sirve de guía, esta estrategia podría costarle caro, tanto a él como a Estados Unidos.