Las razones

Howard Lutnick, el 'mini Trump' que sacude la economía mundial y despierta indignación en la Casa Blanca y más allá

El contexto
De ser el director de un fondo de inversión a convertirse en el secretario de comercio de Trump, Lutnick ha sido quien ha convencido al presidente para adoptar las políticas arancelarias.

Howard Lutnick, el 'mini Trump' que sacude la economía mundial y despierta indignación en la Casa Blanca y más allá

Bajo su mandato como asesor económico, Howard Lutnick ha desatado una serie de decisiones que tambalean los mercados globales. A pesar de sus intentos de minimizar las críticas, el secretario de comercio de Trump se ha ganado el desprecio de muchos en el gobierno estadounidense. Fuentes cercanas aseguran que su comportamiento se asemeja al de un 'mini Trump', mientras que su retórica, a menudo absurda, alimenta la frustración.

Entre sus afirmaciones más polémicas, Lutnick animó a comprar acciones de Tesla diciendo que no bajarían más, justo antes de que los precios se desplomaran. Además, sugirió que una recesión mundial podría ser beneficiosa para Estados Unidos. En la Casa Blanca, algunos piden su silencio, pero él persiste en su presencia mediática con estos comentarios que irritan a muchos.

En el plano internacional, sus declaraciones no tienen freno. "La UE no coge el pollo de EEUU, no coge nuestras langostas… odian nuestra ternera porque es estupenda y la suya una mierda", sentenció Lutnick en una reciente aparición pública, lo que desató una ola de indignación.

Su despiadada reputación no es nueva. Según el 'New York Times', en 1996, Lutnick tuvo un enfrentamiento con su esposa, Iris, mientras su mentor agonizaba. Durante este conflicto, él luchó por el control de Cantor Fitzgerald, la firma que ambos dirigían, y su esposa le prohibió asistir al funeral del mentor. Sin embargo, esa historia palidece en comparación con su comportamiento después de los atentados del 11 de septiembre.

En 2001, Cantor Fitzgerald perdió a 658 empleados, incluyendo a su propio hermano, en los ataques terroristas. Lutnick se libró de la tragedia, pero lo que sucedió después de la catástrofe dejó una huella imborrable en su figura. Cuatro días después de los ataques, y con los escombros aun ardiendo, Lutnick suspendió los salarios de las familias de los empleados desaparecidos, sin saber aún cuántos habían muerto. A pesar de la controversia, recuperó su imagen a través de una serie de entrevistas televisivas y finalmente acordó pagar 180 millones de dólares a las familias de las víctimas.

Sin embargo, no fue el único que salió ganando. Lutnick demandó a la aerolínea por negligencia, reclamando una indemnización por 135 millones de dólares, un movimiento que fue igualmente polémico. Hoy, con su poder renovado en la Casa Blanca, sigue siendo una figura que despierta el odio tanto en los pasillos del gobierno como en las finanzas globales.