Hace 47 años, en plena dictadura militar, un grupo de mujeres se reunía en la Plaza de Mayo, exigiendo el regreso de sus seres queridos arrebatados por la dictadura de en Argentina de Jorge Rafael Videla. Al principio, las llamaban "locas", pero su persistencia y organización las convirtieron en un símbolo de resistencia. Este jueves, en la marcha número 2.389, continúan su lucha contra los recortes del presidente argentino, el ultraliberal Javier Milei.
A lo largo de los años, estas mujeres han logrado encontrar 133 nietos robados por la dictadura de Videla. En este verano, Miguel, hijo de militantes del Partido Revolucionario de los Trabajadores, se reencuentra con su verdadera familia, marcando una victoria más en la incansable búsqueda de las madres de la Plaza de Mayo.
La presidenta de las Madres y Abuelas, Estela de Carotto, a sus 93 años, es un símbolo de la resistencia. Tras 36 años de lucha, logró reunirse con su nieto, hijo de una madre secuestrada y asesinada por la dictadura. Las Madres y Abuelas no solo denunciaron los crímenes, sino que se unieron para protegerse entre ellas y ampliaron su lucha junto a movimientos sociales, siendo nominadas seis veces al Nobel de la Paz.
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Este jueves, las Madres de la Plaza de Mayo, muchas de ellas fallecidas, están organizándose para pasar el relevo a las nuevas generaciones. Aunque algunos, como Milei, nieguen la magnitud de la dictadura de Videla, aún quedan alrededor de 300 personas con identidad robada. Estas valientes mujeres persisten en su búsqueda de justicia y verdad, desafiando cualquier intento de olvidar los oscuros días de la historia argentina.
Los datos muestran otra realidad
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