Un proveedor esencial

La ley marcial de Corea del Sur también afecta a España y pone en riesgo muchos vínculos comerciales

Un socio clave en Asia En 2022, se convirtió en el tercer destino de las exportaciones españolas en Asia. Isabel Díaz Ayuso visitó el país con el objetivo de fortalecer las relaciones comerciales con LG, Hyundai y Samsung.

Una delegación de representantes municipales de Sevilla, Córdoba y Málaga que se encuentra desde el lunes en la capital surcoreana

La declaración de ley marcial en Corea del Sur ha generado incertidumbre tanto a nivel interno como internacional. Entre los afectados por esta crisis se encuentra una delegación española de representantes de Sevilla, Córdoba y Málaga, que visitaba Seúl para promocionar sus ciudades como destinos turísticos.

Ante la situación, la embajada española recomendó a los integrantes del grupo permanecer en su hotel mientras se evaluaba la evolución de los acontecimientos. La delegación enfrenta además problemas para regresar a España, ya que el vuelo de retorno, previsto para este jueves, sigue en el aire debido al caos.

Corea del Sur: un socio estratégico para España

Corea del Sur, una de las mayores economías de Asia, se ha consolidado como un aliado clave para España. En 2022, se convirtió en el tercer destino de las exportaciones españolas en Asia y destaca como proveedor esencial de automóviles, maquinaria y tecnología. Recientemente, líderes políticos como Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, visitaron el país para fortalecer relaciones comerciales con gigantes como LG, Hyundai y Samsung.

Sin embargo, la crisis actual amenaza con paralizar actividades y acuerdos internacionales. Solo en 2023, las diez mayores empresas surcoreanas generaron más de 830.000 millones de dólares en ingresos, subrayando su importancia global. La inestabilidad política plantea riesgos para los vínculos económicos entre Corea del Sur y países como España.

Una crisis política sin precedentes

El conflicto se originó a raíz de un escándalo de corrupción que involucraba a la primera dama surcoreana, acusada de recibir un lujoso bolso Lady Dior valorado en 2.200 dólares, lo que infringiría las estrictas leyes anticorrupción del país. A esto se sumaron acusaciones de plagio en su tesis doctoral y falsificación de su currículum, generando una crisis de confianza en el gobierno.

La respuesta del presidente fue declarar la ley marcial, alegando que la oposición conspiraba con Corea del Norte para desestabilizar su gobierno. Sin embargo, esta medida fue percibida como un intento de aferrarse al poder, llevando al país al borde de una dictadura militar.

La situación escaló rápidamente: tropas militares tomaron las calles de Seúl y forzaron su entrada al parlamento en un intento de disolverlo. Sin embargo, la resistencia fue inmediata. Diputados opositores lograron revocar la ley marcial en una sesión de emergencia, mientras miles de ciudadanos desafiaban la presencia militar con manifestaciones masivas frente al parlamento.