El voto latino ha sido históricamente una de las llaves para la victoria en las elecciones presidenciales de Estados Unidos. Este año, con el 15% del electorado compuesto por hispanos, su influencia es mayor que nunca. Donald Trump, quien en 2016 se negó incluso a traducir su página web en español, ha cambiado su estrategia en un intento por captar este segmento decisivo.

En 2020, con un enfoque más dirigido a la comunidad latina, Trump logró aumentar su porcentaje de apoyo hasta un 38%, pero no fue suficiente para vencer a Joe Biden. Por su parte, Biden apeló a lo emocional, como en su famoso momento al ritmo de 'Despacito' de Luis Fonsi, lo que le aseguró el respaldo del 59% de los votantes latinos.

La importancia del voto latino no es nueva. Hace 60 años, Jackie Kennedy se dirigía a esta comunidad en español, un gesto que fue crucial para la victoria de su esposo, John F. Kennedy, en Texas. La influencia de los latinos ha crecido desde entonces, y fue decisiva en 2013, cuando Barack Obama consiguió el 72% de su apoyo.

Ahora, tanto Trump como los demócratas, representados por la vicepresidenta Kamala Harris, buscan afianzar este respaldo. Harris ha destacado en las encuestas con un 51% de apoyo entre los latinos. En noviembre, se espera que cuatro millones más de latinos voten en comparación con las elecciones anteriores, lo que podría inclinar la balanza en estados clave, y convertir este bloque en la verdadera llave para la Casa Blanca.