La lucha por lo público

Manolo Vital y Juan Clavero, dos historias que demuestran que enfrentarse al poder sigue teniendo consecuencias

Sí, pero... A pesar de la represión, las amenazas y las consecuencias, ambos demostraron que las historias de quienes desafían al poder siguen dejando huella, incluso cuando parece que todo está en su contra.

Manolo Vital y Juan Clavero, dos historias que demuestran que enfrentarse al poder sigue teniendo consecuencias

La historia se repite. Enfrentarse al poder por defender lo público es exponerse a la represión, al ninguneo o incluso a montajes judiciales. Detenciones, campañas de difamación y amenazas han sido, y siguen siendo, el precio que pagan quienes se atreven a exigir lo básico: educación, sanidad, transporte, vivienda.

Hoy, en tiempos de guerra, de gobiernos que imponen su voluntad a gritos, de una sociedad cada vez más fragmentada, lo público está más amenazado que nunca. Y con ello, también lo están quienes lo defienden.

Esta semana, laSexta Columna rescata dos historias de lucha que han dejado huella. Dos nombres, dos geografías opuestas, una misma batalla.

El 47, un número marcado por la lucha

Manolo Vital se convirtió en un símbolo de la resistencia vecinal cuando, cansado de las promesas incumplidas, secuestró su autobús para exigir servicios básicos en su barrio, Torre Baró en Barcelona. Su historia, llevada al cine en 'El 47', emocionó al país y triunfó en los Goya este año. Pero más allá de la gran pantalla, su acto desesperado dejó un legado real en la mejora de su comunidad.

En la otra punta del país, otro luchador también quedó marcado por ese mismo número. Juan Clavero, activista ecologista en Cádiz, sufrió un montaje que pudo costarle la libertad: 47 gramos de cocaína aparecieron en su furgoneta, en lo que resultó ser una maniobra para silenciar su lucha contra el cierre de caminos públicos en Grazalema.

Dos trayectorias distintas, un mismo destino: mejorar la vida de los suyos y enfrentar la furia de quienes ven lo público como un negocio a privatizar.

El relevo: la historia vuelve a repetirse

Manolo Vital falleció hace años, pero su lucha no se apagó. Y el relevo ha llegado de una manera casi inquietante.

En Torre Baró, al frente de la Asociación de Vecinos, hay hoy una mujer que, como Vital, es migrante. Como Vital, es chófer de autobús. Como Vital, está obsesionada con conseguir mejoras para su barrio. Se llama Valeria, y su historia parece escrita por el mismo destino que marcó a Manolo.

¿Qué significa que, décadas después, una persona con un perfil casi idéntico siga teniendo que pelear por lo mismo? Significa que la lucha nunca terminó. Que lo público sigue en peligro. Y que, mientras unos intentan arrebatárnoslo, siempre habrá quienes se levanten para defenderlo.