¿Pruencia o evasión?

Mazón pasa de la mentira al silencio para no incriminarse: el temor a las consecuencias judiciales marca su nueva estrategia

Un fiasco Tras meses de evasivas y falsas justificaciones, el president de la Generalitat Valenciana opta por callar ante la presión judicial, temeroso de las repercusiones legales de su gestión durante la DANA.

Mazón pasa de la mentira al silencio para no incriminarse: el temor a las consecuencias judiciales marca su nueva estrategia

El president de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, ha optado por el silencio después de meses de declaraciones repletas de justificaciones, mentiras y evasivas. A pesar de que la oposición ha presionado intensamente, incluso sugiriendo que su conciencia podría estar remordida, Mazón ha mantenido una postura desafiante. Sin embargo, un cambio en su estrategia se ha hecho evidente cuando la investigación judicial sobre los eventos ocurridos aquella tarde de la DANA comenzó a tomar fuerza.

El caso, que está siendo llevado por un juzgado de Catarroja, gira en torno a la gestión de la emergencia provocada por la DANA. Durante tres meses, Mazón se apoyó en excusas para evitar asumir responsabilidad directa: desde culpar a la AEMET por no prever la magnitud del desastre, hasta señalar a la Confederación Hidrográfica y la UME por sus tardías intervenciones. Y, por supuesto, también acusó al Gobierno de la falta de coordinación.

Sin embargo, tras una revisión minuciosa de los hechos, la jueza encargada del caso ha determinado que fue la demora de Mazón la que retrasó una alerta crucial. En su declaración, la magistrada señaló que su intervención fue "notablemente tardía", lo que, según las pruebas, dejó a la ciudadanía vulnerable durante horas. Mazón, por su parte, ha insistido en que "hay un proceso en marcha con el que hay que ser muy respetuoso", limitándose a evitar entrar en detalles que puedan tener repercusiones tanto políticas como judiciales.

Este cambio de postura llega después de varias semanas de mantener su versión del relato: su llegada al CECOPI se retrasó debido al mal tiempo y el tráfico. Según Mazón, "no fue necesario que nadie me pusiera al día, ni yo retrasé las tareas que se estaban llevando a cabo". Sin embargo, la investigación está centrada en la discrepancia de los tiempos, que han puesto en entredicho la veracidad de su relato.

A la pregunta de si le remordía la conciencia, Mazón solo ha sonreído. Pero hoy, su estrategia parece más enfocada en la prudencia judicial que en la confrontación política. Con un proceso en marcha, el president de la Generalitat parece decidido a mantener el silencio, una actitud que, hasta el momento, ha adoptado también en su negativa a comentar la polémica comida en el Ventorro, cuya relevancia para la gestión de la crisis sigue siendo objeto de controversia.

La oposición, lejos de ceder, sigue exigiendo explicaciones y responsabilizando al president por lo que consideran una falta de liderazgo en la crisis. Sin embargo, parece que, por ahora, el silencio será la respuesta de Mazón ante las preguntas más incómodas.