Todo por unos presupuestos

Mazón se rinde a Vox: su única prioridad es salvarse, aunque tenga que humillar (otra vez) a su propio partido

El contexto Para asegurar sus presupuestos, Mazón asume el discurso ultra: rechaza el Pacto Verde y cierra la puerta a los menores no acompañados, mientras deja en evidencia a Feijóo y a su propio partido.

Mazón se rinde a Vox: su única prioridad es salvarse, aunque tenga que humillar (otra vez) a su propio partido

El president de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, ha oficializado este lunes un viraje político que lo sitúa más cerca de Vox que de su propio partido. En una comparecencia, ha anunciado el rechazo frontal de su gobierno al Pacto Verde Europeo, el fin de la acogida de menores extranjeros no acompañados derivados por el Gobierno central y el endurecimiento de su posición contra la inmigración ilegal.

"Nos comprometemos a combatir la inmigración ilegal y rechazamos el Pacto Verde Europeo, que pretende imponer restricciones que afectan a nuestra economía y sector agrícola", ha declarado Mazón, marcando distancias con la estrategia del Partido Popular en Bruselas.

El giro es significativo. Hace apenas ocho meses, Mazón expulsaba a Vox de su gobierno y se alineaba con la estrategia de moderación de Feijóo. Hoy, en cambio, su discurso se mimetiza con el de la ultraderecha, quelo ha presionado para adoptar estos postulados como condición para apoyar los presupuestos de la Comunitat Valenciana.

El líder de Vox, Santiago Abascal, ya dejó claras sus exigencias el pasado 9 de febrero: "Una ruptura explícita y pública de todos aquellos gobiernos que necesiten nuestros presupuestos con los acuerdos pactados en Bruselas entre populares y socialistas".

Mazón ha cumplido. Su gobierno no solo endurece su política migratoria con la negativa a acoger más menores no acompañados, sino que lanza un desafío directo a la Unión Europea al rechazar el Pacto Verde, una de las principales iniciativas impulsadas por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.

El PP, entre la incomodidad y la contradicción

El movimiento del president de la Generalitat ha desatado un terremoto en el Partido Popular. La dirección nacional ha tratado de minimizar el impacto asegurando que "estaban informados" de la decisión de Mazón, pero la realidad es que este giro lo aleja de la línea oficial del partido y lo acerca peligrosamente a los postulados de Vox.

El problema más grave no es solo la cuestión migratoria, sino el rechazo al Pacto Verde. La propia Von der Leyen ha recordado este lunes, a través de su portavoz, que la Comisión Europea no dará un paso atrás: "La presidenta Von der Leyen ha sido muy clara: mantenemos el rumbo del Pacto Verde Europeo", ha advertido Anna-Kaisa Itkonen, portavoz de la Comisión.

La maniobra también deja en evidencia a Feijóo, quien ha intentado marcar distancias con la extrema derecha y mantener una imagen moderada en Europa. Su propio discurso sobre política climática ha sido crítico con el "dogmatismo ambiental", pero nunca ha llegado al extremo de rechazar de plano el Pacto Verde.

La contradicción es evidente: el PP votó a favor del Pacto Verde en Bruselas, y ahora uno de sus líderes autonómicos lo ataca abiertamente. Este choque de posturas se produce, además, a solo un mes del Congreso del Partido Popular Europeo, que Feijóo ha decidido mantener en Valencia a pesar del incendio político que ahora enfrenta en su propio territorio.

Mazón, de la mayoría absoluta soñada a la rendición ante Vox

El giro de Mazón no solo tensiona al PP nacional, sino que también expone su fragilidad política en la Comunitat Valenciana. En noviembre de 2022, el propio Mazón confiaba en que su partido lograría la mayoría absoluta y evitaría depender de Vox.

En una conversación privada con su equipo, dejó clara su visión sobre la formación de Abascal: "Yo cuento con que es que, no es que vayamos a ganar, es que vamos a sacar mayoría absoluta. Yo la 'dipu' la veo muy sencilla (…). En el peor de los casos tendríamos que chupársela a uno de Vox, que vienen aquí a tocar los cojones, pero no veo nada más".

La realidad ha sido otra. Mazón no solo ha necesitado a Vox para gobernar, sino que ahora ha cedido a su presión para asegurar sus presupuestos. Y lo ha hecho de la forma más humillante para su propio partido: asumiendo el discurso de la ultraderecha en materia de inmigración y medioambiente, enfrentándose a Bruselas y desafiando la estrategia de Feijóo en plena crisis de identidad del PP.

Mientras Vox celebra la "valentía" de Mazón por "enfrentarse sin complejos", en el Partido Popular reina la incertidumbre. Feijóo intenta resistir las presiones de la ultraderecha y mantener su imagen en Europa, pero con líderes autonómicos desmarcándose y adoptando las tesis de Vox, la batalla interna parece inevitable.