La histórica marca española Ebro, emblemática durante el franquismo, resurge de entre las cenizas gracias a una inversión china. La mítica furgoneta de la compañía, exponente del sector transporte en aquella época, volverá a tener presencia en el mercado automotor.

Todo comenzó en los años 50, cuando Motor Ibérica SA fabricó el primer tractor español, el Ebro E-38. La producción fue un éxito y en tan solo dos años y medios produjo 10.000 tractores. Pero Ebro no solo fabricaba tractores. Como la España franquista necesitaba automóviles, también lanzó al mercado camiones, autobuses y furgonetas: la Ebro Siata 40 fue uno de sus referentes.

Tras romper su relación con Ford (Motor Ibérica, la empresa española a la que pertenecía Ebro), fue cambiando de socios mientras sus ventas no dejaban de subir. En los años 70 vendían 44.000 unidades al año. El éxito fue tal que atrajo el interés de la marca japonesa Kubota y, junto a ella, la fábrica se mantuvo ocho años hasta que, en 1994, los japoneses se marcharon y la marca murió.

Ahora, el grupo chino Chery ha llegado a un acuerdo para montar sus coches en la antigua fábrica de Barcelona. Los vehículos serán enviados desmontados desde China y ensamblados en Barcelona, aprovechando la infraestructura y el nombre reconocido de Ebro.

Esta estrategia permite a los chinos aprovecharse de la reputación de la marca y evitar aranceles al vender el coche como producto español en Europa, la pick-up eléctrica será el estandarte de la nueva Ebro.