Italia está en plena conmoción después de que el Ministro de Cultura, Gennaro Sangiuliano, apareciera en televisión pidiendo disculpas por una relación sentimental con una conocida influencer. En su declaración, Sangiuliano expresó su arrepentimiento hacia su esposa y hacia la Primera Ministra Giorgia Meloni, quien le ha brindado apoyo a pesar del escándalo.

El revuelo ha sido inmenso no solo por la relación extramatrimonial, sino por el hecho de que la influencer en cuestión, Maria Rosaria Boccia, había sido contratada como asesora del ministerio. Boccia ha utilizado sus redes sociales para compartir detalles y fotografías de su relación con Sangiuliano, incluso mostrando su acceso a documentos clasificados relacionados con la próxima cumbre de cultura del G7 en Italia.

Las fotografías compartidas por Boccia han revelado que el Ministro, de 62 años, aparecía en eventos sin su anillo de casado, lo que ha encendido aún más el escándalo. La prensa italiana ha investigado a fondo, descubriendo que los viajes de Boccia estaban aparentemente financiados con dinero público, una afirmación que Sangiuliano ha negado rotundamente, presentando recibos de su propio bolsillo. Sin embargo, Boccia ha respondido afirmando que tiene pruebas de pagos realizados por el ministerio, complicando aún más la situación.

La oposición ha aprovechado la situación para intensificar sus ataques, exigiendo una comparecencia en el Parlamento para esclarecer el uso de los fondos del ministerio. Aunque Meloni ha rechazado la dimisión de Sangiuliano, pidiendo garantías de que no se han malversado recursos públicos, el debate sobre la transparencia en la gestión del ministerio sigue en pie.