Tras la muerte del 'número dos' de Hamás, Israel mantiene silencio mientras Hizbulá amenaza con represalias. El ataque ha desatado debates sobre su eficacia y las posibles consecuencias en un conflicto ya tenso. Israel ha demostrado su capacidad para eliminar objetivos específicos, como líderes de Hamás. Sin embargo, la dualidad de su mensaje, capaz de atacar con precisión quirúrgica y de provocar devastación total, plantea interrogantes sobre la verdadera eficacia y motivaciones detrás de estas acciones.
Los ataques selectivos tienen repercusiones diversas. A nivel interno, desestabilizan a Hamás, generando luchas internas y problemas en la reacción. Sin embargo, la historia revela que, pese a la eliminación de líderes, surgen "respuestas" con nuevos dirigentes. Externamente, el conflicto obliga a otros actores como Hezbolá, Líbano e Irán a pronunciarse, provocando reacciones adicionales en una región ya convulsa.
Los acuerdos de paz entre Israel y Palestina, como Oslo y Camp David, han mantenido periodos de paz, pero también han generado dependencia palestina de Israel en prácticas como el control de movilidad y accesos. Aunque se han logrado avances, la necesidad de encontrar una vía más adecuada se hace evidente, especialmente tras eventos como el reciente ataque.
Ahora, la comunidad internacional se ve desafiada a encontrar soluciones más duraderas. El reciente congelamiento del papel mediador de Egipto agrega una capa de complejidad, subrayando la urgencia de buscar alternativas a la guerra continua y avanzar hacia un acuerdo internacional más sólido.
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