Tras casi una década de promesas de derogación, el Gobierno de coalición vuelve a poner sobre la mesa la Ley de Seguridad Ciudadana, más conocida como Ley Mordaza, aprobada en 2015 durante el mandato de Mariano Rajoy. Pedro Sánchez, quien en 2015 se comprometió rotundamente a derogar la norma si llegaba al poder, ha matizado a lo largo de los años ese objetivo, hasta reducirlo a una reforma parcial.

En 2015, el entonces candidato al PSOE afirmaba con contundencia en el programa laSexta Noche que la ley sería eliminada en cuanto su partido llegase al Ejecutivo. "Eso no te quepa la menor duda", afirmó en un tono categórico. Sin embargo, cuando en 2018 Sánchez ya ocupaba la presidencia del Gobierno, el término "derogación" fue reemplazado por "modificación", lo que supuso el inicio de una serie de ajustes progresivos en el discurso del Gobierno sobre la ley.

Ahora, en 2024, la vicepresidenta Yolanda Díaz ha anunciado que se ha llegado a un acuerdo con el PSOE para llevar a cabo la "derogación parcial" de la Ley Mordaza. Este movimiento, que se presenta como un primer paso en un plan más amplio de regeneración democrática, pone fin a sanciones polémicas como las multas por fotografiar a agentes de policía y los delitos contra los sentimientos religiosos. Sin embargo, importantes puntos de la ley, como las devoluciones en caliente y el uso de pelotas de goma en manifestaciones, no han sido incluidos en esta primera reforma.