Feijóo no ha valorado aún la decisión de Ayuso de no acudir a La Moncloa. Sin embargo, hace unos meses decía que si un presidente autonómico no acudía al Palacio de la Moncloa cometía "un error".

En el PP defienden la postura de la presidenta madrileña, aseguran que si la relación está rota es por "el acoso" a Ayuso y responsabilizan a Sánchez de su deterioro. Dos posturas que de momento parecen distintas, la que mantenía el líder del PP y la que su partido ha expresado. Pero la relación entre ambos líderes, entre Feijóo y Ayuso, ha sido cambiante.

Ella es presidenta de la Comunidad de Madrid, pero en ocasiones parece la líder de la oposición. Va por libre y eso que ya había avisado. Se lo había dicho directamente al líder de su partido, a Núñez Feijóo, hace dos años: "Madrid tiene poca paciencia para las tonterías y poco aguante para las imposiciones".

A pesar del aviso, Ayuso siempre dice estar a disposición de la dirección, aunque los gestos demuestren lo contrario. En Génova no gustó la condecoración al presidente argentino, Javier Milei. Feijóo no estuvo en aquel acto y tampoco habló de ello hasta una semana después. Entonces aseguró que si en el decreto de honores de la Comunidad de Madrid tiene cabida ese tipo de medallas, no tenía nada "ni que enmendar ni que calificar".

Solo unos meses antes de eso, en febrero, Ayuso había ejercido de líder de la oposición, sacando por su cuenta y riesgo un balance de los primeros 100 días de Sánchez en el Gobierno. Algo que en todo caso debería haber hecho Feijóo como líder de la oposición. Además, unos meses antes, cuando su partido había descartado la ilegalización de Bildu, ella opinaba lo contrario: "Me pregunto si hemos usado todos los resortes del Estado".

Todas estas "iniciativas" de la presidenta avivan las voces que dicen que Ayuso es la verdadera oposición a Sánchez. El propio Sánchez lo ha reconocido cuando le espetó a Feijóo que su verdadero problema es que él no decidía porque "la jefa no le deja". Con todo esto resuena todavía aquel 23 de junio de 2023. Mientras Feijóo hablaba en el balcón de Génova, abajo coreaban a Isabel Díaz Ayuso.