Este viernes, el lehendakari Imanol Pradales ha recibido al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el palacio de Ajuria Enea, marcando su primer encuentro institucional con Sánchez. La reunión, que ha durado dos horas, ha abarcado temas cruciales como la regeneración democrática, el uso de fondos europeos y el cumplimiento del Estatuto de Guernica.

El evento ha sido recibido con gran simbolismo. Se ha utilizado la entrada de gala del palacio, la misma por la que entró el féretro de José Antonio Ardanza, subrayando la importancia histórica del encuentro. Sánchez se convierte en el tercer presidente del Gobierno en visitar Ajuria Enea, ¿quién lo hizo antes y cómo fueron esas visitas?

El primer presidente en visitar Ajuria Enea fue Adolfo Suárez, en diciembre de 1980. Suárez llegó al recién inaugurado aeropuerto de Foronda y fue recibido por el lehendakari nacionalista Carlos Garaikoetxea. El encuentro, marcado por el contraste entre la bandera franquista en el coche de la delegación central y la ikurriña en el coche vasco, evidenció las tensiones del momento. A las escaleras del Palacio, el lehendakari le puso a Suárez el himno del Partido Nacionalista Vasco.

No obstante, esta reunión fue crucial para avanzar en cuestiones como el Concierto Económico y el despliegue de la Policía Autonómica, puntos clave del Estatuto de Gernika. La visita incluyó un almuerzo en la nueva residencia del delegado del Gobierno, con un menú que incluía chuleta de ternera y sopa de tortuga. Toda la visita de Suarez a Euskadi, estuvo rodeada de fuertes medidas de seguridad, ya que era 1980 el año en que ETA asesinó a 91 personas.

El segundo presidente en visitar Ajuria Enea fue José Luis Rodríguez Zapatero, en 2011, solo días después del anuncio del cese definitivo de la actividad armada por parte de ETA. La visita de Zapatero, con el lehendakari socialista Patxi López en el Palacio, subrayó la importancia histórica del momento y simbolizó el fin de una era de violencia.

La reciente visita de Sánchez se enmarca en un contexto de normalidad política y refleja el compromiso continuo con el diálogo y la colaboración entre el Gobierno central y el Vasco, estableciendo un nuevo capítulo en las relaciones interinstitucionales.

33 años después, la llegada de Sánchez a Ajuria Enea representa una continuación de estos esfuerzos históricos para fortalecer las relaciones entre el Gobierno Vasco y el central.