Marine Le Pen, líder del partido de extrema derecha francés Agrupación Nacional, ha dado un giro político sorprendente al distanciarse de sus raíces ultraderechistas y rechazar cualquier alianza con figuras como Éric Zemmour y su propia sobrina, Marion Maréchal. Conocida por sus discursos previamente asociados con el fascismo, el antisemitismo y el antieuropeísmo, Le Pen ahora busca presentarse como una figura de la "derecha buena", distanciándose de posturas extremistas.

Mientras tanto, figuras como Zemmour y Maréchal han llevado la ultraderecha a nuevos extremos. En cuanto al primero, es el líder del partido Reconquista. Es más racista, machista y ultraderechista que Le Pen. Este periodista, escritor y tertuliano de radio se hizo muy popular en Francia cuando empezó a soltar diariamente sus proclamas fascistas en 'prime time' de televisión. De ahí saltó a la política en 2021, cuando anunció su candidatura a las presidenciales.

Zemmour montó Reconquista partido para seguir los pasos de sus dos líderes preferidos, Viktor Orbán y Vladímir Putin. Ha sido condenado varias veces por discurso de odio debido a sus declaraciones racistas y machistas. Ha dicho que los menores inmigrantes son ladrones, asesinos y violadores, además de que "todos los traficantes son árabes y negros" y que todos los musulmanes son yihadistas.

Por otro lado, Marion Maréchal, con un historial político ligado a la familia Le Pen, se unió al partido de Zemmour, alejándose de la línea 'moderada' de su tía. En 1992 posaba con su abuelo en los carteles electorales bajo la frase "la seguridad, primera de las libertades", un eslogan que se aprendió bien, ya que lo defiende siempre que puede, al igual que la prohibición del aborto y la del matrimonio entre personas del mismo sexo.

Su retórica ultraderechista y su defensa de posturas extremas la han distanciado aún más de Marine Le Pen, que se tomó el cambio de partido de su sobrina como una traición. Ahora, Meréchal ha respondido pidiendo el voto para su tía y no para su propio partido porque dice que "hay que anteponer los intereses de Francia".