Mario Draghi, expresidente del Banco Central Europeo, ha presentado un ambicioso plan para revitalizar la economía europea y recuperar la competitividad perdida frente a potencias como Estados Unidos y China. Draghi propone una inversión anual de 800.000 millones de euros, financiada a través de la emisión de deuda común de la Unión Europea, para acelerar la innovación tecnológica y el crecimiento económico.

El plan de Draghi destaca la necesidad urgente de reducir los costos energéticos en Europa, que actualmente son hasta tres veces más altos que en Estados Unidos. Además, subraya la importancia de invertir en proyectos comunes de defensa y reducir la dependencia de China para garantizar la libertad y la paz en un contexto geopolítico inestable.

La propuesta llega en un momento crítico, cuando la Unión Europea se enfrenta a un creciente estancamiento económico. Desde la crisis de 2008, el PIB de la UE ha aumentado un 21%, en comparación con el crecimiento del 72% en Estados Unidos y del 290% en China. En la actualidad, las multinacionales americanas y chinas dominan la industria tecnológica y están invirtiendo significativamente en energías verdes, con más de 343.000 millones de dólares por parte de los estadounidenses y 260.000 millones de dólares por parte de los asiáticos.

El principal desafío para implementar el plan de Draghi es el actual estado de fragmentación entre los países de la UE, que priorizan sus intereses nacionales sobre el bienestar común. Mientras tanto, el presidente español, Pedro Sánchez, se encuentra en China en un intento de fortalecer las relaciones con el gigante asiático, lo que subraya la complejidad del entorno global en el que se enmarca esta propuesta.