Reportaje de laSexta Columna
El poder oculto de los ultraortodoxos: la fuerza que redefine el futuro de Israel
Los detalles En barrios como Mea Shearim, las estrictas normas religiosas y la simpatía por las políticas más extremas de Trump están moldeando una nueva realidad política en Israel, mientras los ultraortodoxos ganan poder y privilegios.

En los últimos meses, el apoyo a Netanyahu y las fluctuaciones de su popularidad han sido tema de debate. Sin embargo, la realidad que se vive en ciertos rincones de Israel revela algo mucho más profundo que los simples números de las encuestas.
Para entender el auge de las políticas más radicales de Israel, es necesario adentrarse en los barrios ultraortodoxos, donde la vida diaria está marcada por un fervor religioso extremo y una profunda segregación.
Uno de estos lugares es Mea Shearim, un barrio ultraortodoxo en el norte de Jerusalén. Allí, las estrictas normas de vestimenta y comportamiento dictan la vida, y las prohibiciones, como "no caminar en grupo", refuerzan una cultura profundamente anclada en el judaísmo más ortodoxo.
En este enclave, la política y la religión se entrelazan, y lo que más sorprende es que muchas de las opiniones más radicales sobre el futuro de Israel y Palestina encuentran eco entre sus habitantes. Los planes de Trump, que incluyen la limpieza étnica de Gaza y la expulsión de los palestinos, son vistos con simpatía en la comunidad.
El fenómeno no es aislado. Los movimientos ultraortodoxos están expandiéndose rápidamente, tanto en número como en influencia. Este crecimiento demográfico, respaldado por grandes familias y un sólido bloque de votos, ha logrado colocar a los ultraortodoxos en el centro de la política israelí. La influencia de este grupo no solo se ve en las calles de barrios como Mea Shearim, sino también en el mismo gobierno.
Algunos líderes de este movimiento, como Daniel Rowh, un rabino ortodoxo que emigró de Londres, disfrutan de privilegios poco comunes, como la exención del servicio militar. Este tipo de beneficios, derivados de su trabajo religioso, son la norma en una sociedad donde el fanatismo tiene un peso significativo.
A medida que crece la influencia de los ultraortodoxos, muchos temen que la visión liberal de Israel esté perdiendo terreno. Shlomo Ben Ami, exministro de Exteriores, alerta sobre el auge de un nacionalismo religioso que está transformando la identidad israelí, especialmente en los territorios ocupados. La batalla por un Israel más moderado parece cada vez más difícil de ganar