Reino Unido se ve sacudido por un escándalo político que involucra a uno de los colaboradores más cercanos del primer ministro, Rishi Sunak. El secretario privado de Sunak, cuyo nombre no ha sido revelado, está siendo investigado por presunto uso de información privilegiada para ganar dinero mediante apuestas.

Según informes de medios británicos, el secretario privado apostó 100 libras esterlinas a que se convocarían elecciones anticipadas tres días antes de que el Gobierno hiciera el anuncio oficial. Las apuestas estaban cinco a uno, lo que resultó en una ganancia de 500 libras para el funcionario, hasta que las autoridades descubrieron la transacción.

Las sospechas se centran en si el secretario privado tuvo una "epifanía" casual o si utilizó información privilegiada para obtener beneficios económicos, lo cual constituye un delito grave. Sin embargo, es importante señalar que apostar en sí no es ilegal, tanto en el Reino Unido como en España.

En España, las apuestas están reguladas y se extienden a diversos ámbitos, incluyendo deportes como el fútbol, baloncesto, Fórmula 1 y carreras de caballos, así como la política.

La legislación española permite apuestas relacionadas con la sociedad, los medios de comunicación, la política, la economía, los espectáculos y la cultura. Por ejemplo, es común apostar en eventos como Eurovisión o durante periodos electorales.

Durante las últimas elecciones generales en España, las casas de apuestas ofrecían cuotas sobre el partido más votado, con el Partido Popular (PP) a 1,14, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) a 4,5, y Vox a 51,0. La mayoría de las apuestas se realizaron a favor del PP, lo cual resultó en pequeñas ganancias para los apostadores, ya que acertaron con una probabilidad alta y, por ende, con pagos bajos.

En cuanto a quién sería el próximo presidente, las apuestas favorecían a Alberto Núñez Feijóo (PP) con una cuota de 1,14, seguido por Pedro Sánchez (PSOE) a 2,7, Santiago Abascal (Vox) a 41,0, y Yolanda Díaz a 61,0. Sin embargo, los resultados electorales no siempre siguen las previsiones de las apuestas, lo que puede resultar en pérdidas para los apostadores.

Actualmente, algunas de las apuestas políticas abiertas incluyen quién ganará las próximas elecciones presidenciales en Estados Unidos, con Donald Trump a 1,67 y Joe Biden a 2,63. También se apuesta sobre si el Reino Unido se reunirá con la Unión Europea antes de 2026, con cuotas de 1,05 a que no y 8 a que sí.