La DANA ha dejado graves consecuencias en 79 municipios de la provincia de Valencia, afectando a una población de más 845.000 personas. Más de una semana después de la tragedia, esta población sigue esperando respuestas. Sin embargo, el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, ha dado explicaciones confusas. Aseguró que el día de la tragedia no estuvo al frente de la emergencia porque se encontraba en un "almuerzo de trabajo". "¿Cómo se puede decir que estaba en un cumpleaños? No, lo desmiento categóricamente. Estaba en un almuerzo de trabajo y ya está. Estaba comunicado todo el rato con lo que ocurría", afirmó.

Mazón aseguró haber estado "en contacto por teléfono", pero aparentemente nadie le alertó de la magnitud de la tragedia. Esto plantea preguntas importantes: ¿cómo pudo ocurrir esta falta de comunicación y quién es responsable de la gestión de esta crisis?

Una cadena de errores

La gestión de la DANA parece haber estado marcada por una serie de errores en distintos niveles de responsabilidad, culminando en la figura del presidente autonómico, quien, según se ha revelado, mantuvo su agenda de actos normales el día de la tragedia a pesar de la alerta de la AEMET.

Ese día, Mazón tenía tres compromisos en su agenda ajenos a la emergencia. Terminó el último acto a las 13:45 y asistió a un almuerzo a las 14:30. La primera reunión del CECOPI, el órgano de coordinación de emergencias, comenzó a las 17:00, pero Mazón no participó, ni siquiera de forma telemática. Su consellera de Interior intentó contactarlo sin éxito y logró hacerlo hasta las 18:45. Mazón llegó al Centro de Coordinación a las 19:30, lo cual no solo retrasó las conclusiones de la primera reunión, sino que también pospuso la alerta a la población, que se emitió cuando ya se habían producido daños graves, con víctimas mortales y desaparecidos.

Responsabilidades en el gabinete de Mazón

Desde la Presidencia se ha delegado la gestión de la crisis a la consellera de Interior, quien convocó la reunión tarde y, según reportes de la 'cadena SER', desoyó tres advertencias de la delegada del Gobierno en la Comunitat Valenciana.

La delegada la contactó primero tras la alerta de la Confederación Hidrográfica después del mediodía, luego volvió a llamarla antes de media hora para ofrecer ayuda de la UME (Unidad Militar de Emergencias), y una tercera vez a las 14:00. Finalmente, en la cuarta llamada, la consellera pidió activar la UME, pero solo en Utiel, aparentemente por una solicitud del alcalde de la localidad. También justificó que la alerta a los móviles se enviara tarde.

El papel de otros miembros del gobierno

La gestión de la crisis ha sido cuestionada, no solo en relación a Mazón y su consellera de Interior, sino también por la falta de visibilidad del secretario de Seguridad, Emilio Argüeso. Este último se defendió en redes sociales, afirmando que había estado en la zona afectada desde el miércoles a las 11:00, aunque la tragedia había ocurrido 17 horas antes.

Por otro lado, la consellera de Turismo, sin un papel directo en la gestión de la crisis, también ha sido criticada por la falta de sensibilidad en sus comentarios. En un tuit que luego eliminó, expresó que "después de una alarma en la que han caído 2 o 3 gotas, no me extraña que dentro de unas horas nos declaren alerta por tsunami si ven dos o tres olitas en el mar". Además, sus palabras sobre los familiares de los fallecidos, al decir que "no se va a permitir el acceso de los familiares donde tenemos custodiados a los fallecidos", fueron percibidas como insensibles. Más tarde, se disculpó, aunque de forma ambigua.