Hay que poner límite
¿El primer golpe de Estado provocado desde Youtube? Cómo la ultraderecha surcoreana llevó a su presidente a decretar la ley marcial
Una herramienta clave Los canales de YouTube de extrema derecha en Corea del Sur difunden teorías conspirativas y bulos que manipulan la opinión pública y amenazan con desestabilizar la democracia.
En los últimos años, el fenómeno de los bulos en plataformas como YouTube ha ganado terreno de manera alarmante, especialmente entre los sectores de la ultraderecha. Corea del Sur es un claro ejemplo de cómo la desinformación puede afectar directamente las decisiones políticas y amenazar la estabilidad democrática.
Uno de los casos más recientes involucra al presidente de Corea del Sur, Yoon Suk-yeol, quien decretó la ley marcial en respuesta a los bulos difundidos por youtubers de extrema derecha. Durante años, estos canales han propagado teorías conspirativas sin ninguna base en hechos, llegando incluso a afirmar que las elecciones de 2016 y 2020 fueron manipuladas. Aunque la Corte Suprema desestimó una demanda que pedía anular los resultados por falta de pruebas, los videos que acusan fraude electoral continúan siendo viralizados, con canales como el de Bae Seun Ji, que cuenta con casi un millón y medio de seguidores, exigiendo la recontabilización de votos.
Estos canales no solo atacan las elecciones, sino que también difunden acusaciones infundadas sobre la oposición política, acusándola de tener simpatías con el régimen de Corea del Norte o incluso de ser espías norcoreanos. La falta de pruebas no parece disuadir a estos creadores de contenido, que continúan generando incertidumbre y desconfianza en el proceso democrático.
Lo más preocupante, sin embargo, es que estos bulos han llegado a influir directamente en los círculos de poder. Analistas políticos han expresado su preocupación de que el presidente Yoon, más que escuchar a sus asesores, podría estar cediendo ante las presiones de esta corriente ideológica, conocida como la "Nueva Derecha".
El Ministro de Unificación, uno de sus asesores más cercanos, es un claro ejemplo de esta conexión: anteriormente dirigió un canal de YouTube en el que subió más de 5.400 videos atacando a Corea del Norte y a la oposición, videos que borró una vez asumió su cargo. A pesar de esto, los expertos sostienen que sus teorías continúan influyendo en la postura del presidente.
Este fenómeno demuestra cómo los canales de desinformación, que antes se consideraban marginales, se han convertido en una poderosa herramienta para la extrema derecha en Corea del Sur. Los bulos no solo desinforman, sino que también ponen en riesgo la democracia al manipular a la opinión pública y, lo más grave, al afectar las decisiones políticas de alto nivel.
El caso de Corea del Sur debería servir como una advertencia global sobre el peligro de permitir que los youtubers y otros creadores de contenido sin regulación difundan información sin control. La desinformación ya no es un problema menor; ha alcanzado dimensiones que podrían alterar el curso de la historia política de los países. La lucha contra los bulos debe ser constante, para evitar que esta amenaza siga erosionando la confianza en las instituciones y en la verdad.