En el cierre de campaña electoral en España, los dos principales partidos, PP y PSOE, han experimentado un giro inesperado en sus estrategias, pasando de la euforia inicial a la cautela y la incertidumbre.

El Partido Popular, que inició la campaña con optimismo y confianza en una amplia victoria, ha cambiado radicalmente su discurso. De hablar de una posible revolución electoral, ahora apela a no dar nada por hecho y a la necesidad de desempatar el resultado. Este cambio se debe a una derecha más fragmentada de lo esperado.

Por otro lado, el PSOE ha pasado de la desconfianza inicial a vislumbrar una posible remontada. Aunque las encuestas del CIS les otorgaban la ventaja, prefirieron no confiarse. Sin embargo, las últimas estimaciones muestran un escenario más ajustado, acortando distancias con el PP acortando.

Las estimaciones del CIS han variado desde mayo hasta junio, reflejando esta incertidumbre. Mientras tanto, este viernes culmina una campaña crucial donde ambos partidos se juegan mucho, tanto a nivel nacional como en Europa. El domingo, los ciudadanos decidirán quién tiene razón en este desenlace electoral.