En una operación que ha generado gran preocupación internacional, las autoridades venezolanas han arrestado a dos ciudadanos españoles en Puerto Ayacucho, la región menos poblada y de mayoría indígena en el suroeste de Venezuela. Esta zona, caracterizada por sus precarias carreteras y su dependencia del transporte aéreo y fluvial, también está marcada por la presencia de grupos armados ilegales y una base militar.
Venezuela ha acusado a los dos españoles de estar involucrados en un complot para asesinar al presidente Nicolás Maduro, aunque hasta el momento no se han presentado pruebas concretas para respaldar estas afirmaciones. Además de los españoles, las autoridades han detenido a 14 personas más, incluidos tres estadounidenses, uno de los cuales es militar. Washington ha negado cualquier implicación en la supuesta trama y ha ofrecido información limitada sobre los otros dos ciudadanos estadounidenses.
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También ha sido arrestado un ciudadano checo, al que el gobierno venezolano acusa de ser un "mercenario con experiencia en Europa". Sin embargo, estas acusaciones han sido recibidas con escepticismo a nivel internacional, generando dudas sobre la veracidad de las alegaciones del régimen venezolano. La situación continúa desarrollándose y mantiene en vilo a la comunidad internacional.
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