Más bien 'botoncito'...

¿Va a pulsar China el 'botón nuclear económico'? La amenaza de una crisis global se cierne sobre Trump

Los detalles
Con la venta masiva de bonos del Tesoro estadounidense como opción, Pekín tiene el poder de desestabilizar la economía global. ¿Es este el momento para que China active su carta más destructiva?

¿Va a pulsar China el 'botón nuclear económico'? La amenaza de una crisis global se cierne sobre Trump

Donald Trump ha decidido subir los aranceles a las importaciones chinas hasta un 125%. No se trata solo de una medida económica: es una declaración de guerra comercial abierta al que se ha convertido en su archienemigo estratégico. Pero China no es un adversario cualquiera. No responde con tuits. Responde con silencio. Y con poder.

Pekín posee en sus manos una de las herramientas más destructivas del sistema financiero global: 761.000 millones de dólares en bonos del Tesoro estadounidense. Esa cifra representa casi el 12% del total de la deuda externa de Estados Unidos.

Técnicamente, si China decidiera vender de forma masiva esos activos en los mercados, provocaría una ola de inestabilidad sin precedentes: caería el valor del dólar, se dispararían los tipos de interés, el Tesoro se vería obligado a pagar más para endeudarse y el sistema financiero global entraría en tensión.

Ese es el llamado 'botón nuclear económico'. Y puede que China ya haya rozado ese interruptor.

La semana pasada, algo extraño ocurrió en los mercados. Mientras las bolsas bajaban y el pánico se apoderaba de los inversores —una situación donde, históricamente, el bono estadounidense a diez años actúa como refugio seguro—, su rentabilidad, en lugar de caer, subió. Pasó del 3,8% al 4,2%. Una anomalía que los analistas no pasaron por alto.

Cuando el interés sube en un momento así, solo puede significar una cosa: alguien está vendiendo bonos estadounidenses en grandes cantidades en el mercado secundario. Y, como apunta Antonio Castelo, experto de iBrokers Global Markets, todo apunta a China.

No sería la primera vez que China utiliza su posición como acreedor como mecanismo de presión. Pero hasta ahora siempre había evitado usar esa carta por un motivo claro: golpear el dólar significa también golpear sus propias reservas.

Al vender deuda americana, provocaría una depreciación del dólar que, a su vez, haría más fuerte el yuan, complicando sus exportaciones. Además, devaluaría el valor de sus propios activos en dólares. En otras palabras: usar 'el botón nuclear' es una medida que también daña a quien lo activa. Es un boomerang financiero.

¿Por qué entonces hacerlo ahora? Por geoestrategia. Por advertencia. Por orgullo.

Trump ha convertido la política exterior en un duelo personal. Su retórica ha pasado del desacuerdo comercial a la amenaza constante. Y China, que históricamente ha sido paciente y silenciosa, parece haber decidido mandar una señal: Podemos hacerte daño si queremos.

Algunos economistas creen que lo ocurrido ha sido una primera advertencia, un 'botoncito nuclear', como ya lo llaman en ciertos círculos financieros. Un gesto limitado, medido, pero suficiente para alterar los indicadores clave de la economía estadounidense. ¿Lo repetirán? ¿Irá China más allá?

Es improbable, pero ya nadie se atreve a asegurarlo. El equilibrio global está tan tensionado que cualquier error de cálculo, cualquier exceso retórico o gesto de revancha, podría tener efectos devastadores. En la práctica, la interdependencia entre Estados Unidos y China es tal que ninguno puede destruir al otro sin autolesionarse. Pero Trump parece decidido a tensar esa cuerda hasta el límite.

La guerra comercial ha dejado de ser una cuestión de tarifas. Ahora es una guerra de nervios. Y el mundo entero está mirando quién parpadea primero.