El presidente ruso, Vladímir Putin, ha visitado Hanoi como parte de su gira por Asia, en un intento por asegurar el respaldo de Vietnam, histórico aliado de Moscú. Sin embargo, las expectativas de que el gobierno vietnamita apoye la reciente invasión rusa en Ucrania son mínimas.

Vietnam se ha mantenido neutral durante décadas, practicando una estrategia denominada 'diplomacia de bambú' que busca mantener relaciones estables con potencias mundiales sin comprometer la independencia nacional ni la seguridad.

En la era moderna, Vietnam ha mantenido una política exterior flexible y equilibrada, adaptándose a un entorno geopolítico dinámico. Con Rusia como proveedor principal de armas y China como socioeconómico clave, el gobierno vietnamita ha cultivado también lazos con Estados Unidos, buscando maximizar beneficios sin perder de vista sus intereses nacionales.

La visita de Putin resalta el desafío de esta política de 'más amigos, menos enemigos', reflejando la habilidad de Vietnam para mantener un perfil ágil e intrépido en asuntos internacionales. Mientras la diplomacia de bambú sigue siendo elogiada por su capacidad para adaptarse y resistir, también enfrenta la presión de decidir cómo alinearse en un mundo multipolar cada vez más complejo.