El chavismo, liderado por Nicolás Maduro, ha obtenido una victoria significativa en el referéndum sobre la anexión del Esequibo, una región selvática con valiosos recursos, desatando tensiones con Guyana. Esta zona de 160,000 km², poco más grande que Portugal, alberga petróleo, gas, oro, diamantes y minerales esenciales para la fabricación de microchips.
Venezuela reclama este territorio desde hace casi 200 años, pero la disputa cobró relevancia en 2015 con el descubrimiento de vastos yacimientos. Maduro, tras ganar el referéndum, busca otorgar ciudadanía a los habitantes y ha desestimado la posibilidad de un conflicto armado inminente. Sin embargo, Guyana busca la intervención de cortes internacionales, respaldada por potencias como Reino Unido, Estados Unidos, Canadá y Brasil.
La victoria chavista, con un 90% de votos a favor, también plantea preguntas sobre las elecciones presidenciales de 2024. Aunque algunos líderes opositores participaron, la oposición mayoritaria se mostró escéptica, llamando a no dejarse manipular. Con tensiones crecientes, la comunidad internacional observa de cerca la situación, temiendo un desenlace que podría afectar la estabilidad en la región.
Maduro busca de esta manera un impulso político para las elecciones de 2024, en las que enfrenta un escenario incierto en medio de la creciente tensión en la región.
Guyana, por su parte, había solicitado a la Corte Internacional de Justicia de la ONU que suspendiera la consulta, considerándola una amenaza. Aunque la corte no suspendió explícitamente el proceso, reiteró sus advertencias a Venezuela de no modificar la situación territorial. La quinta pregunta del referéndum, que otorga identidad venezolana a los habitantes de la región, generó preocupación internacional.
Contradicción y la falta de pruebas
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