En medio de la expectativa por el inminente alto el fuego, el director del Hospital Al-Shifa, Muhamad abú Salmiya, ha sido detenido por el ejército israelí, desatando un nuevo capítulo de tensiones en el conflicto. Las autoridades lo trasladaron a un lugar desconocido para interrogarlo, mientras la crítica situación en el hospital más grande de la franja continúa.

El Hospital Al-Shifa, ubicado en el norte de Gaza, se ha convertido en el epicentro crítico del conflicto en curso. Israel alega que Hamás utiliza a civiles para esconder sus centros de operaciones, señalando la existencia de un túnel en el subsuelo del hospital. Las imágenes muestran un extenso pasaje subterráneo con instalaciones, pero surge la polémica: Israel confiesa haber construido el túnel durante su ocupación en las décadas de 1980 a 2005 para expandir el hospital.

Las Fuerzas de Defensa Israelíes (FDI) argumentan que el ataque a Al-Shifa se justifica por pruebas de que Hamás esconde y asesina a secuestrados en los túneles durante los ataques del 7 de octubre. Sin embargo, tras semanas de asedio, la falta de suministros básicos como combustible, electricidad, agua y comida pone en peligro la vida de más de 200 pacientes, incluyendo bebés prematuros. Entretanto, la comunidad internacional condena masivamente el ataque mientras los heridos aguardan desesperadamente evacuación en condiciones precarias.

Las FDI muestran imágenes de cámaras de seguridad del hospital para respaldar su acción, alegando que evidencian a Hamás manteniendo a rehenes secuestrados en el lugar. Hamás se defiende, afirmando que el hospital solo se utiliza para tratar a pacientes, no para ocultar a nadie. Sin embargo, los cadáveres se acumulan en fosas comunes, resultado de los ataques y la difícil situación en Al-Shifa y miles de civiles refugiados en el hospital han huido hacia el sur en busca de seguridad ante la creciente violencia.