Carles Puigdemont enfrenta un dilema legal al considerar su regreso a España este año. La posibilidad de ser detenido sigue latente, ya que las medidas de amnistía no le ofrecen protección contra acusaciones de malversación.

La situación se complica aún más con los largos plazos judiciales: cualquier recurso al Tribunal Constitucional podría demorar al menos un año. Mientras que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos en Estrasburgo tampoco decide con prontitud, aún está pendiente el recurso de los líderes independentistas a la sentencia del procés de 2019.

Las opciones para Puigdemont son escasas: si decide regresar, corre el riesgo de ser arrestado de inmediato. El proceso judicial podría incluso requerir un suplicatorio al Parlament para proceder con la investigación.

La alternativa, según Junts, es acogerse "a sagrado" en la institución. Así lo dejó caer el president del Parlament, Josep Rull,cuando avisóde que defenderá que la institución sea "inviolable"ante una posible detención en la Cámara catalana del expresidente.

"Yo defendería los derechos de los diputados y el Parlament debe ser inviolable", reivindicó, tras ser preguntado por si evitaría que la policía entrase en la Cámara para eventualmente detener a Puigdemont en el caso de que el Tribunal Supremo no retire las medidas cautelares.

"El Parlament debe ser el templo del respeto democrático y de la expresión democrática del pueblo de Cataluña. Y, por tanto, los diputados y las diputadas dentro de la institución deben ser intocables", insistía.