La Fiscalía de Madrid acusa a Alberto González, pareja de Isabel Díaz Ayuso, de intentar evadir el pago de impuestos adeudados por esta suma, intentando beneficiarse con 350.000 euros adicionales a través de la emisión de facturas falsas por servicios inexistentes. La polémica surge al descubrirse una comisión de dos millones de euros por mascarillas durante la pandemia, según eldiario.es.

Este acto de fraude fiscal se hizo evidente cuando Hacienda notó un incremento exorbitante en los ingresos de la empresa de González, que declaró un beneficio inverosímil de solo 8.400 euros. Además del evidente delito de fraude fiscal, la Agencia Tributaria apunta a González por falsedad documental. Utilizó dos empresas, ambas de su propiedad, para emitir quince facturas falsas y desviar así parte de los beneficios.

Una de estas empresas, adquirida en 2020 y sin empleados, llamó especialmente la atención de las autoridades. Investigaciones señalan también una tercera sociedad en Panamá, conocido paraíso fiscal, que González habría usado en sus operaciones fraudulentas, disolviéndola posteriormente.

El destino de las comisiones obtenidas es igualmente controvertido. González adquirió un piso de 200 metros cuadrados en el prestigioso barrio de Chamberí, Madrid, valorado en más de un millón de euros, y un vehículo Maserati, ambos tras el escándalo. Estas compras se realizaron en 2022, indicando la Agencia Tributaria el posible origen ilícito de los fondos. Díaz Ayuso ha defendido la transparencia en la adquisición del inmueble, destacando su compra ante notario y su respectiva hipoteca.

Para complicar aún más la situación, la pareja de Ayuso acumula deudas con el Ayuntamiento de Madrid por casi 1.000 euros en multas de tráfico, mayormente en el barrio de Chamberí, donde reside con Díaz Ayuso.