Irán ha lanzado un ataque directo contra Israel, elevando drásticamente las tensiones en Oriente Medio. La pregunta clave que surge es: ¿por qué Irán ha decidido atacar ahora, tras años de contención? La respuesta se encuentra en los recientes movimientos de Israel contra los aliados clave de Irán en la región, y en la política de Teherán de proteger lo que se conoce como el Eje de la Resistencia, una alianza de grupos y milicias afines a Irán.
Esta semana, Israel lanzó una serie de ataques contra Hizbulá en el sur del Líbano. Al mismo tiempo, las fuerzas israelíes bombardearon posiciones de los hutíes en Yemen, otro aliado de Irán en la región. Ambas operaciones forman parte de la estrategia israelí para debilitar a los grupos vinculados a Teherán, que rodean a Israel y representan una amenaza para su seguridad.
El Eje de la Resistencia está compuesto por Hizbulá en Líbano, los hutíes en Yemen, Hamás en Gaza, y otras milicias chiitas en Siria, Irak, Afganistán y Pakistán, todas ellas cercanas a Irán tanto en términos ideológicos como estratégicos. Aunque la mayoría de estos grupos son chiitas, una excepción notable es Hamás, un grupo sunita, que también ha sido apoyado por Irán en su lucha contra Israel. Esta red de aliados permite a Irán influir en toda la región y proyectar poder desde una posición geográficamente ventajosa.
El ataque iraní contra Israel se entiende mejor en este contexto de alianzas regionales. Teherán ha invertido enormes recursos en fortalecer estos vínculos, suministrando armas, entrenamiento y apoyo económico a sus socios. Cuando Israel atacó a Hizbulá y los hutíes, Irán consideró que su credibilidad y liderazgo dentro del eje estaban en juego. Para Teherán, no responder sería visto como un signo de debilidad, tanto por sus aliados como por sus enemigos.
Además, Irán ha señalado en varias ocasiones que cualquier agresión contra los miembros del Eje de la Resistencia sería respondida con fuerza. A principios de esta semana, el ministro de exteriores iraní declaró abiertamente que "utilizarían todas sus capacidades" para defender a sus socios en la región. El ataque a Israel no es solo una represalia, sino también una declaración de que Teherán está dispuesto a ir más lejos para proteger su esfera de influencia.
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Esta no es la primera vez que Irán toma represalias directas. En abril, Irán disparó misiles y drones contra objetivos israelíes tras el bombardeo israelí de su consulado en Damasco, una señal temprana de que el conflicto entre ambos países estaba tomando un nuevo rumbo. Sin embargo, el ataque actual es de mayor escala y simboliza una mayor determinación por parte de Irán de mantener su posición frente a las acciones israelíes.
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