Vox desgatándose

La relación PP-Vox, entre el 'ni contigo ni sin ti' y el 'síndrome de la montaña rusa'

Entre rupturas y pactos forzados Este fin de semana la ultraderecha europea se encuentra en Madrid, y mientras Vox y PP, atrapados en una relación inestable, viven -como lo llaman en psicología- el 'síndrome de la montaña rusa', con gobiernos compartidos y nuevas fracturas internas.

La relación PP-Vox, entre el 'ni contigo ni sin ti' y el 'síndrome de la montaña rusa'

Madrid se convierte este fin de semana en el punto de encuentro de la ultraderecha europea. La cumbre de Patriots.eu, la coalición ultraconservadora que agrupa a 13 formaciones, reunirá a figuras clave como Marine Le Pen (Francia), Viktor Orbán (Hungría), Geert Wilders (Países Bajos) y Matteo Salvini (Italia). Entre sus principales discursos, previsibles soflamas contra la inmigración y las políticas de descarbonización.

Pero esta no será la única reunión de extremistas en la capital española. Coincidiendo en fechas, Madrid acogerá también un encuentro neonazi encabezado por el supremacista austriaco Martin Sellner, líder de la Identidad Europea y vetado en países como Reino Unido, Alemania o EEUU. Sellner, que aboga por la deportación masiva de migrantes a África, estará acompañado por figuras como el líder del partido portugués Reconquista, conocido por su retórica ultranacionalista y misógina, o Lukreta, referente del feminismo de extrema derecha.

PP-Vox, el "síndrome de la montaña rusa"

Mientras la ultraderecha europea se fortalece, Vox atraviesa una de sus etapas más inciertas. El desgaste interno se intensifica con la reciente salida de Juan García-Gallardo, vicepresidente de Castilla y León, que abandona la política en pleno auge de las disputas internas. A esto se suman protestas dentro del partido y una relación con el PP marcada por una constante inestabilidad, llamada en psicología como el "síndrome de la montaña rusa".

Desde la llegada de Vox, el PP ha oscilado entre atraer a su electorado más radical o marcar distancias con la extrema derecha. En 2018, necesitó por primera vez a Vox para recuperar Andalucía, pero sin incluirlos en el Gobierno. En 2019, con Vox consolidado como tercera fuerza política, Pablo Casado llegó a estrechar lazos con Santiago Abascal, aunque la fallida moción de censura de 2020 marcó un punto de inflexión, con un Casado enfrentado duramente a la ultraderecha: "No somos como usted porque no queremos ser como usted", sentenció en su discurso.

Pero tras esa caída en la 'montaña rusa', llegó un nuevo pico: tras el 28M de 2023, Vox logró su mayor cuota de poder con la entrada en gobiernos autonómicos junto al PP. Alberto Núñez Feijóo incluso se mostró dispuesto a repetir la fórmula a nivel nacional.

Sin embargo, el desplome de Vox en las encuestas y la ruptura de acuerdos autonómicos con el PP han debilitado su posición. El punto de quiebre llegó hace menos de un año, cuando Vox rompió pactos en varias comunidades utilizando la crisis de los menores migrantes como pretexto. "Los acuerdos están rotos", sentenció Abascal.

Ahora, Vox y el PP siguen compartiendo gobiernos en más de 100 ayuntamientos, pero la ruptura en varias autonomías ha puesto en jaque la aprobación de los presupuestos de 2025, dejando a seis comunidades con cuentas prorrogadas y aumentando la incertidumbre sobre el futuro de la derecha en España.